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Implementación del nuevo sistema penal en Querétaro: ¿nos beneficia?

Implementación del nuevo sistema penal en Querétaro: ¿nos beneficia?

Ricardo del Río Trejo

Director de la Facultad de Derecho

Universidad Anáhuac Querétaro

 

Hemos escuchado en los medios de comunicación, así como en diversos promocionales por parte de los gobiernos federal y estatal que con el nuevo sistema penal ahora tendremos mayor seguridad y protección. Sin embargo, si releemos los medios y noticieros tal parecería que el delito está en aumento en el país, incluyendo desde luego nuestra entidad. Entonces ¿existe una relación entre el nuevo sistema penal y la incidencia del delito?, pues tal parecería que no y que se trata de situaciones diferentes e independientes.

Vayamos por partes, una cosa es la seguridad jurídica que representa un nuevo sistema penal, que ha sido llamado acusatorio, adversarial y oral, contenido en un Nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales, que otorga entre otras novedades, protección y derechos a la víctima en el proceso, y otra muy distinta la seguridad pública a la que está obligado el Estado y que al parecer cada día es más precaria, ya que, como arriba apuntábamos, aumenta la incidencia del delito.

En efecto, el nuevo sistema penal que se ha implementado en Querétaro desde el mes de Junio del presente año, representa una novedad en materia de juicios, ya que entre otras características, las audiencias son públicas y orales, todas las pruebas tendrán que ser presentadas ante el juez, la víctima o el ofendido se han convertido en una parte de pleno derecho en el proceso, además existen diversas posibilidades de resolver el conflicto sin necesidad de llegar a una sentencia, en virtud de que se pondera la reparación del daño por la comisión de los delitos.

Sin embargo, este nuevo sistema de justicia penal es un procedimiento de carácter técnico jurídico, que sin duda alguna es una innovación que dota de mayor garantía a las partes en el juicio penal, tanto al acusado, como al ofendido. En este sentido el proceso es un adelanto en nuestro país.

Pero lo que quiero resaltar, que es con lo que he comenzado el presente artículo es la contradicción del aumento de los delitos con la implementación de un nuevo sistema de justicia penal. Por una parte existe un factor que ha hecho inoperante el sistema penal tradicional, es decir, el que se venía implementando hasta junio del presente año, que es la impunidad, que significa que los delitos quedan sin castigo. Dicha impunidad se presenta por una parte porque la mayoría de los ciudadanos no presentan denuncias cuando han sido víctimas de un delito y por la otra, porque la mayoría de los procedimientos que se iniciaban en las agencias del Ministerio Público no llega a una Sentencia definitiva condenatoria por la que se castigue al delincuente.

En este orden de ideas, no es suficiente que se implemente un modelo maravilloso de juicio penal en un nuevo sistema de justicia, sino que es menester un cambio cultural por parte de las instituciones y de los ciudadanos. De las instituciones, como la policía y el Ministerio Público, que se erradique de golpe la corrupción, no más mordidas y extorsiones por parte de funcionarios y policías, y de los ciudadanos, la cultura de la denuncia y no tolerancia al delito. Necesitamos ciudadanos valientes y generosos que denuncien cualquier acto contrario a la ley o delito, que no nos quedemos callados y que perdamos el miedo a cualquier consecuencia por la denuncia del crimen y la corrupción.

Mientras subsista en nuestro país la impunidad, provocada como decíamos por la corrupción de la autoridad y la apatía ciudadana, ningún sistema de justicia será efectivo.