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¿Los videojuegos pueden ser algo más que un pasatiempo?

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Con una creciente tendencia al desarrollo de las economías basadas en el entretenimiento digital es pertinente hacernos la siguiente pregunta: ¿los videojuegos son actualmente algo más que un pasatiempo? Como un apasionado de esta industria me es imposible decir que no, actualmente los videojuegos generan ingresos por miles de millones de dólares, pero este negocio cada vez se diversifica más, lo que quisiera analizar a detalle a continuación.

 

Yo crecí en la época de finales de los ochenta y principios de los noventa, durante esos años la industria del videojuego ya había pasado por una gran crisis que casi la llevó a desaparecer y fue salvada por Nintendo, una compañía que casi todos nuestros padres asocian a cualquier tipo de consola de videojuegos y que siempre ha sido reconocida por ser visionaria en su negocio. Esta compañía gozó de gran popularidad gracias al juego Super Mario Bros, que prácticamente toda la población llegó a conocer y que precisamente le dio la osada idea esta compañía japonesa de hacer la primera película basada en un videojuego, y aclaro, no era una película que mencionara el tema, sino que estaba basada enteramente en el mundo que este juego había logrado construir.

 

Como era de esperarse, fue un terrible fracaso, pero sentó las bases de que los videojuegos podían trascender a algo más: con el tiempo se observó que la cantidad de personas aficionadas a esta industria era tan alta que cualquier producto que se sacara a la venta con el nombre de ciertas franquicias se vendería sin importar su calidad, y así fue. Pero poco a poco ha ido mejorando la calidad de estos productos hasta que llegamos a un tiempo en el que, cada año, se estrenan múltiples películas basadas en videojuegos. Incluso hoy, encontramos juguetes, figuras, juegos de mesa, ropa y accesorios con nuestros personajes favoritos, campeonatos con miles de dólares en juego, periodismo profesional, parques de atracciones y hasta una próxima aparición como deporte de exhibición en los juegos olímpicos.

Para mí, resulta clara entonces la respuesta: hace ya algunos años que los videojuegos han dejado de ser para mucha gente un simple pasatiempo. En mi caso, me ayudaron a mejorar mi lectura a temprana edad, posteriormente a desarrollar mi dominio del inglés, a usar la lógica para resolver problemas bajo un ambiente controlado, a hacer grandes amistades tanto en mis escuelas como en otras partes del mundo, me inspiraron el gusto por la programación y actualmente han impactado incluso en mi trabajo, pues gracias al potencial de esta industria se me ha pedido llevar la coordinación de la carrera de Ingeniería en Animación Digital en Xalapa, lo cual ha sido el mejor pretexto para que ya pasados mis treinta años pueda iniciarme en mi sueño de la infancia: crear mi propio videojuego.

Sé que al igual que esta industria, al principio cometeré algunos errores y quizá obtenga resultados terribles, pero si hay un último aprendizaje que este gusto me ha dejado, es que, si uno quiere destacar, tiene que innovar, reinventarse y ser creativo y me gustaría aprovechar la oportunidad de escribir este artículo para invitar a todos aquellos que estén interesados en continuar en este mundillo a que aprovechen la oportunidad pues esto ya no es un pasatiempo, es toda una industria capaz de transformar el mundo.