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Alumnos medicina

Impacto del aislamiento por COVID-19, en el sueño de la población

Por:  Bahena Campos Mariana; Vargas Monzalvo Antonio de Jesús. Estudiante de 8 Semestre de la Escuela de Medicina Anáhuac Puebla. M en C. Varela Rodríguez Ricardo de Jesús. Profesor Tiempo Completo de la Escuela de Medicina Anáhuac Puebla

 

Con la intención de disminuir el incremento de nuevos contagios de COVID-19 que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con corte al 10 de agosto de 2021 a nivel mundial se han registrado 203,295,170 casos confirmados y 4,303,515 muertes; las medidas sanitarias aplicadas desde el inicio de la pandemia derivaron a un aislamiento social sin precedente, que trajo consigo una amplia serie de efectos sobre la higiene del sueño de los individuos.

 

Uno de los más notorios es directamente sobre el ciclo circadiano de sueño vigilia, el cual acontece a lo largo de todo el día, y es regulado principalmente por estímulos lumínicos, siendo el más importante, el de la luz solar.

 

Debido al confinamiento en casa, el tiempo al aire libre ha cesado, y existe una reducción en la cantidad de horas de la luz solar recibidas en el día, lo que ha modificado el ciclo circadiano de la población en general. Según Hammam, Jahrami, 2020 et al. “La prevalencia de problemas del sueño durante la pandemia de COVID-19 es alta y afecta aproximadamente al 40% de las personas de la población en general y de atención médica”.

 

De acuerdo al DSM-5 (La quinta edición del diagnóstico y del manual estadístico de los trastornos mentales), los trastornos del sueño se han denominado trastornos del sueño y la vigilia. El común denominador gira alrededor de que, ya sea la calidad, la cantidad o el horario del sueño, son insuficientes, excesivos o están fuera de orden. 

 

Las alteraciones en la higiene del sueño repercuten en diferentes aspectos de la vida de los individuos, los efectos más notorios acontecen en el funcionamiento diurno de las personas, desde su rendimiento académico, profesional y social, hasta su estado de salud físico y mental. El proceso del sueño es un elemento determinante en el estado de salud de las personas, y se han relacionado procesos patológicos con la deficiencia de un sueño de calidad, entre ellas se encuentran la diabetes mellitus, hipertensión y arritmias.

 

En el caso concreto de la población joven, los estudiantes, se ve reflejado con bajo rendimiento académico, alteraciones del apetito, un bajo nivel de energía durante las actividades cotidianas y mayor riesgo de experimentar depresión.

 

Por estos motivos, es de gran importancia incluir buenos hábitos de sueño para tener un mejor estado de salud en general, ya que, a través de una buena higiene del sueño, es posible impactar positivamente a nivel orgánico y mental, y así, hacerle frente a los retos y dificultades que la actual pandemia por COVID-19 ha traído a la vida de la población en general.