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El honor de ser abogado

El honor de ser abogado

Cuando un aspirante a la Licenciatura en Derecho me hace una consulta sobre nuestra carrera, invariablemente le pregunto ¿para qué quieres ser abogado?, es decir, trato de enfocar en un aspecto práctico lo que representa la abogacía, ya que si el joven aspirante decide estudiar derecho, hará del mismo su forma de vida, así es que no es una pregunta menor.

El término abogado, en un sentido estricto, aplica al profesionista que representa a alguna persona o corporación, ante alguna autoridad, normalmente un juzgador, pero puede también ser ante una autoridad administrativa, Pero en un sentido amplio aplica a todo profesional del derecho, represente o no alguna causa ante una autoridad. En este último aspecto, tenemos al asesor o consultor jurídico, que orienta a las personas para que puedan cumplir con sus obligaciones legales sin necesidad de llevarlos a una controversia.

Así entonces, tenemos que en el ejercicio profesional de la abogacía se nos presentan dos grandes rubros: el litigio y la consultoría. Ambos rubros con la posibilidad de ejercerlos en cualquier ramo del derecho y en los sectores público o privado.

El abogado litigante es el profesional del derecho encargado de presentar o defender una causa ante un Juez, es decir el que promueve o interviene por una persona o corporación en un juicio. Un requisito esencial del juicio es la oposición de intereses, la confrontación, el desacuerdo. Si las partes que intervienen en un juicio están de acuerdo, no requieren del Juez, ni del juicio. Entonces cuando hablamos de juicio se trata de un pleito.

Cicerón, gran jurista romano afirmaba que el derecho era la ciencia de la justicia. En cierta ocasión le preguntaron a Cicerón si el derecho era justo, a lo cual contestó que la única justicia perfecta se encontraba en los dioses. Sin embargo, decía, el derecho era el intento menos imperfecto de hacer justicia en este mundo. Idea que retoma Santo Tomás de Aquino para distinguir entre justicia divina y justicia humana.

Sin duda, parte de la naturaleza humana es el conflicto y la controversia, pero, como diría Cicerón, la forma menos imperfecta de resolverla será a través del derecho, es decir, de la Ley, de los jueces y de los abogados.

Nuestra comunidad y nuestro país vive en el conflicto, y quizás en esta época se enmarque de una manera notable en la violencia, la inseguridad, la impunidad y la corrupción. Por supuesto que esa situación nos afecta a todos, ya que incumbe con la seguridad social, con los trabajos, las empresas, la economía, las familias.

Hoy los políticos alardean buscando la solución a los problemas de nuestra comunidad. La respuesta nos la da Cicerón y Santo Tomás de Aquino. El derecho es la forma de hacer justicia en este mundo y el profesional del derecho es el abogado.

¡Feliz Día del Abogado!

 

Por: 

Ricardo del Río Trejo

Director de la Facultad de Derecho