Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son definidos por la Asociación Americana de Psiquiatría como alteraciones persistentes en la alimentación o en el comportamiento relacionado con esta, en la que el consumo o la absorción de los alimentos se encuentra alterada, resultando en un deterioro importante en la salud en sus tres esferas (biológica, psicológica y social). (1)

Después de la obesidad y el asma, los trastornos de la conducta alimentaria son las enfermedades crónicas más frecuentes en personas jóvenes (2). De acuerdo con la Sociedad Americana de Nutrición, la prevalencia de los TCA en la población general a nivel mundial es de 15.2% (3) de los cuales únicamente el 19% son diagnosticados y reciben tratamiento (4).

Los trastornos de la conducta alimentaria tienen mayor prevalencia en el sexo femenino, (5) se presentan 2.2 - 2.8 veces más en mujeres que en hombres, y tienen una edad de inicio promedio antes de los 22 y 24 años, aunque pueden iniciar su desarrollo desde la infancia. Los TCA se presentan en todo tipo de cuerpos, siendo el bajo peso un signo tardío presente en una minoría de los individuos con TCA. (6,7)

Se ha postulado la injerencia de factores biológicos, psicológicos y sociales en el desarrollo y severidad de los trastornos de la conducta alimentaria. Actualmente es bien conocido que los TCA son heredables, los individuos con familiares inmediatos con TCA tienen una probabilidad once veces mayor de desarrollar la enfermedad que aquellos sin antecedentes familiares. (8)  

El establecimiento de estándares de belleza rígidos y difícilmente alcanzables es un factor social con gran relevancia, que lleva a los individuos a experimentar una mayor insatisfacción corporal y una preocupación excesiva por el peso y la figura, siendo esto un constructo presente en todos los TCA. (9-11) 

Las Licenciadas Agustina Czabán y Ana Gazde, nutricionistas expertas en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria en Argentina, se dirigieron a los alumnos de la licenciatura en nutrición de la Universidad Anáhuac Puebla, para hacer énfasis en la importancia del rol del especialista en nutrición para la detección, referencia y tratamiento oportuno de los TCA; y para sugerir nueva evidencia que avala propuestas alternativas en la nutrición como la alimentación intuitiva con la finalidad de generar cambios en la salud de los individuos cada vez más incluyentes.  


 

Por la Dra Rosa Maria Luna Rosas

Docente de la Licenciaturas en Nutrición y Médico Cirujano