La pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus COVID-19 está generando una cantidad de datos e información abrumadora, proveniente de reconocidos centros de conocimiento científico del mundo. Sin embargo, este conocimiento -por su propia naturaleza-, no es accesible para todos. Esto debido a barreras como el idioma (la inmensa mayoría se publica en inglés), el lenguaje técnico con el que se escribe (que casi siempre va de la mano con el elevado grado de especialización) y su acceso (no todas las personas tienen el entrenamiento necesario para llegar a los sitios que disponen de esta información).
Por esta razón y como una contribución a la emergencia sanitaria que libra México actualmente, un grupo de especialistas en medicina y salud pública de la Universidad Anáhuac, junto con colaboradores académicos de diversas disciplinas, hemos conformado el Observatorio Anáhuac de Salud Pública (OASP) que, ante esta emergencia sanitaria, busca interpretar la ciencia y el conocimiento más reciente sobre el COVID19 y sobre su prevención, para hacerla más cercana, tanto al público general como al público especializado.
A través del Observatorio dispondremos una síntesis del creciente número de artículos científicos provenientes de los principales centros del conocimiento de todo el mundo, pero además generaremos a partir de ellos, contenidos para su uso abierto y público. También nos encargaremos de identificar las fuentes fiables de datos que se generan a nivel mundial para ayudar a entender el comportamiento clínico y epidemiológico de la enfermedad, además de poner al alcance de nuestros trabajadores de la salud, el conocimiento sobre tratamientos y terapias conforme se van reportando en el mundo.
Consideramos que toda esta información puede convertirse en un bien público útil para nuestros colegas servidores del sector salud, pero también para todos los comunicadores que buscan contrarrestar las enormes cargas de información que desatienden la veracidad y la calidad de la información que llega a las familias mexicanas.
En momentos críticos para la humanidad, se vuelve indispensable reconocer el valor que puede tener el conocimiento científico para ayudar a proteger la salud y el bienestar.