Protección, prevención y participación en violencia contra las mujeres

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Mtra. María Eugenia Cárdenas realizó un análisis sobre el tema y cómo a través del Instituto de la Mujer Anáhuac se promueven en la comunidad criterios fundamentales para su prevención.

Dicen que lo que no se nombra no existe. Por eso es importante saber acercarse a la realidad, interpretarla, nombrarla y trabajarla.  El 25 noviembre se conoce como el Día Naranja, que nació como un homenaje a las Hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, mujeres dominicanas activistas asesinadas por el dictador Rafael Leónidas Trujillo en dicha fecha, pero del año 1960. A partir de 1981, el Movimiento de Mujeres en Latinoamérica conmemora el día. El 17 diciembre de 1999 la Asamblea General de la ONU designó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para que los gobiernos, sociedad civil y organizaciones tomen conciencia del problema y pongan las cartas sobre la mesa en este tema. La violencia contra las mujeres es un problema real muy serio.

No podemos negar o invisibilizar el gran problema de la violencia en todos sus modos, tipos (física, psicológica, sexual, económica o digital) y ámbitos (escolar, laboral, comunitario, familiar y de pareja). El 25 de noviembre se levanta la voz sobre la violencia contra la mujer. Ignorar el problema no lo resuelve. Es un tema en el que todos estamos involucrados y llamados a comprometernos.

El Instituto de la Mujer Anáhuac promueve en la comunidad cuatro criterios fundamentales:

1. Cero tolerancia a violencia y discriminación.
2. Protección a todas las mujeres, prevención de la violencia de género y participación en la toma de decisiones.
3. Denuncia responsable.
4. Promoción de una cultura de encuentro, diálogo y paz.
       
Una cosa es la agresividad y otra la violencia. Una es una reacción biológica e innata de reacción hostil para defenderse; la otra es un comportamiento humano, libre e intencional que busca causar daño a otro. El uso de la fuerza física o poder, como amenazas para dominar, someter o agredir a otros es inadmisible. Lo más importante es que estas conductas se pueden desaprender, pero necesitan el esfuerzo real, concreto y coordinado. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia en algún momento de su vida. La violencia vulnera la dignidad de la mujer, contribuye a su denigración, marginación o exclusión.

Es necesario que cada uno se pregunte ¿qué comportamientos se están enseñando en la familia, en la escuela, en los medios de comunicación, en el país? ¿Por qué los hombres y las mujeres violentan? ¿Por qué su relación con las mujeres es en muchas ocasiones la violencia de índole sexual? ¿La sociedad protege estas conductas? ¿La ley? ¿Nosotros sumamos o restamos al tema de la violencia? Una mujer puede tardar en abandonar a su pareja abusadora ya sea porque carecen de una independencia económica, por faltas a nivel emocional o porque piensan que sus parejas pueden cambiar. Evitemos juzgar y brindemos una mano para que puedan abandonar el círculo vicioso.

No hay que tenerle miedo al cambio, incluso hay que buscarlo con liderazgo y proactividad. La violencia no es normal, no se debe normalizar.  La violencia tiene graves consecuencias emocionales, psicológicas, físicas y económicas. Es fundamental abordar este problema a través de la concienciación, la educación, la implementación de políticas y protocolos adecuados, así como el fomento de ambientes seguros y respetuosos. Un trabajo estratégico puede prevenir y procurar entornos y relaciones más sanas. Todos podemos ser aliados.

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La Mtra. María Eugenia Cárdenas Cisneros es directora del Centro Anáhuac de Liderazgo y Formación Integral en Posgrado (CALFIP) en la Universidad Anáhuac México y directora del Instituto de la Mujer Anáhuac México. Es licenciada en Derecho, maestría en Administración y Finanzas y candidata a doctora en Filosofía.

Realizó el Program on Financial Institutions for Private Entreprise Development en Harvard University y el Diplomado en Género y Políticas Públicas en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Como académica ha sido invitada en más de veinte ocasiones a la ONU a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) y a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) como parte de la delegación oficial de México.

Ha impartido conferencias en más de diez países, en diversos estados de la República y también es Ted Speaker. Es autora del libro Formación en pensamiento crítico publicado por McGraw Hill y su línea de investigación es la noción de capacidades y el desarrollo de las mujeres en Martha Naussbaum.