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Esperanzador primer alotrasplante de ojo

Esperanzador primer alotrasplante de ojo

30 de noviembre de 2023

Autores: Juan Manuel Palomares Cantero y María Fernanda Martínez Palomo 

 

Introducción

En el ámbito de la medicina, a veces se logran avances que desafían nuestra comprensión y plantean preguntas bioéticas de gran relevancia. Uno de estos logros médicos que ha capturado la atención global es el alotrasplante de ojo completo, un procedimiento innovador que se llevó a cabo en el Centro Médico NYU Langone de Nueva York el 27 de mayo de 2023. Este procedimiento sin precedentes tuvo como destinatario a Aaron James, un hombre de 46 años que sufrió heridas graves, incluyendo la pérdida de su ojo izquierdo, como consecuencia de un accidente eléctrico en 2021. Es fundamental destacar que este trasplante no solo involucró la recuperación del ojo, sino también una parte del rostro del donantei

A pesar del impresionante avance médico que representa este procedimiento, persiste una incertidumbre significativa en cuanto a si James recuperará alguna vez su visión. Esta incertidumbre arroja una sombra sobre lo que, en muchos sentidos, podría considerarse un logro médico esperanzador. Además de los desafíos médicos, este caso plantea cuestiones fundamentales en el ámbito de la ética y la bioética, que merecen un examen detenido. En un mundo donde la medicina y la tecnología avanzan a pasos agigantados, es esencial reflexionar sobre los principios fundamentales que guían nuestras decisiones en cuestiones de salud. Esta historia no se limita a ser un relato de proezas médicas; es un llamado a la reflexión sobre la intersección entre la ciencia, la ética, la bioética y la moral. 

Además, es relevante mencionar que en la actualidad existen más de 43 millones de personas ciegas en todo el mundo. El primer trasplante de ojo completo documentado se remonta a 1885, cuando el Dr. Bradford realizó un xenotrasplante, trasplantando un ojo de un conejo a un ser humano. El informe del Dr. Bradford describe cómo se coaptaron los nervios ópticos del huésped y del receptor, documentando los "movimientos oculares en todas direcciones" después de la operación. Sin embargo, la falta de anastomosis vascular y terapia inmunosupresora condujo inevitablemente al fracaso del xenotrasplanteii

Este avance médico plantea cuestiones bioéticas clave que deben abordarse. Estas incluyen las percepciones y el deseo de los pacientes con respecto al trasplante de ojo completo, ya sea que restaure la visión o no, así como las consideraciones estéticas y funcionalesiii. También es crucial evaluar los riesgos y beneficios del trasplante de ojo completo en comparación con alternativas protésicas, y considerar los riesgos inmunosupresores adicionales cuando se combina con el trasplante facial. La gestión de posibles fracasos del aloinjerto, las implicaciones psicosociales para los receptores y sus seres queridos, y las percepciones públicas sobre la donación de ojos completos también son aspectos éticos significativos. 

Establecer mecanismos éticos para la asignación y distribución equitativa de trasplantes de ojo completo es fundamental, al igual que la necesidad de fomentar el diálogo dentro de la comunidad médica para garantizar que la investigación en este campo se desarrolle de manera responsable y ética, manteniendo los valores y el bienestar de los posibles receptores de trasplantes de ojo en el centro de la investigación. 

Además, el principio de justicia en bioética plantea interrogantes sobre la asignación de recursos y el uso de un ojo para trasplante, sabiendo que la recuperación de la visión es incierta, podría cuestionarse como un uso inadecuado de recursos médicos que podrían beneficiar a otros pacientes con patologías específicas que ofrecen una mejor perspectiva de recuperación visual. Además, el principio de justicia en bioética plantea interrogantes sobre la asignación de recursos. Por un lado, hasta el día de hoy, el trasplante de ojo no tiene un pronóstico certero respecto a la capacidad visual. Por otro lado, la donación de ciertas partes del ojo, como son las córneas, los conductos lagrimales, los párpados o el epitelio pigmentado de la retina, tienen resultados sumamente benéficos para pacientes con patologías específicas donde si es posible la recuperación de la visión. Dicho lo anterior, podría cuestionarse el uso adecuado de recursos médicos en un procedimiento tan complejo, como el que es el alotrasplante total de ojo. 

 

Dignidad del ser humano 

Dentro del campo de la bioética, uno de los pilares fundamentales que guía las decisiones médicas y éticas es el reconocimiento del valor intrínseco de cada ser humano. Cada individuo, independientemente de su origen, estatus social o estado de salud, posee un valor inalienable que merece ser respetado y protegido. La dignidad de la persona humana, como principio central en la bioética, subraya que cada ser humano merece ser tratado con respeto y consideración, independientemente de las circunstanciasiv. En el contexto del trasplante de ojo, esto significa que tanto el receptor, como el caso de Aaron James, como el donante, y sus familias, deben ser tratados con la máxima consideración de su dignidad. 

Esta noción fundamental se manifiesta de diversas maneras en el caso del trasplante de ojo. En primer lugar, la decisión de llevar a cabo una operación tan compleja y arriesgada debe tener en cuenta no solo los aspectos técnicos y médicos, sino también el valor intrínseco de la vida y la dignidad del propio Aaron James, como ser humano. Esto implica un análisis exhaustivo de los beneficios y riesgos potenciales, asegurándose de que cualquier procedimiento sea coherente con su bienestar y respete su integridad física y psicológica. Además, la dignidad de la persona humana también se extiende a los donantes y sus familias. El proceso de donación y trasplante debe ser llevado a cabo de manera ética y respetuosa, garantizando el consentimiento informado del donante y protegiendo la privacidad y los derechos de ambas partes involucradas. 

En un mundo donde la medicina y la tecnología avanzan a pasos agigantados, estos principios éticos fundamentales, como el valor del ser humano y la dignidad de la persona humana, deben continuar guiando la toma de decisiones médicas en el campo de los trasplantes, especialmente en procedimientos tan avanzados como el trasplante de ojo. Estos principios no solo aseguran un tratamiento ético y justo para los individuos involucrados, sino que también contribuyen a fortalecer la confianza en la medicina y la sociedad en general, reafirmando la importancia de respetar y proteger la dignidad de cada ser humano en todas las circunstancias. 

 

Discernimiento ético

¿Cómo se equilibra el respeto por la dignidad humana, considerando tanto al receptor como al donante, con la realización de un trasplante de ojo que potencialmente colocará al receptor en una situación de vulnerabilidad de por vida debido a la dependencia de medicamentos inmunosupresores? Esta pregunta central resalta la complejidad del discernimiento ético en el contexto del trasplante de ojo. El discernimiento ético implica una reflexión profunda y una consideración moral que debe guiar a los profesionales médicos, los pacientes y la sociedad en general en la toma de decisiones relacionadas con esta innovadora intervención médica. 

Para empezar, la aplicación del principio de la dignidad humana en este contexto implica considerar cuidadosamente cómo cada paso del procedimiento afecta la integridad y el bienestar del receptor, en este caso, Aaron James y futuros receptores de este tipo de trasplantes. Significa asegurarse de que cualquier acción tomada sea coherente con el respeto a su dignidad como individuo, y esto incluye evaluar los posibles riesgos y beneficios del trasplante, así como la calidad de vida que podrían experimentar los James en el futuro, teniendo en cuenta la potencial vulnerabilidad que podría surgir debido a la dependencia de medicamentos inmunosupresores. 

Del discernimiento ético en torno al trasplante de ojo, surgen preguntas fundamentales que requieren una profunda reflexión y discusión. Además de la cuestión de la vulnerabilidadv, ¿cómo garantizamos un consentimiento informado genuino y completo, asegurando que tanto el donante o su representante, como el receptor comprendan plenamente los riesgos y beneficios, incluyendo aquellos relacionados con la vulnerabilidad que implica la dependencia de inmunosupresores? ¿cómo garantizamos un consentimiento informado genuino y completo, asegurando que tanto el donante o su representante, como el receptor comprendan plenamente los riesgos y beneficios, incluyendo aquellos relacionados con la vulnerabilidad que implica la dependencia de inmunosupresores y la finalidad del procedimiento del trasplante? 

Además, ¿cuál es la responsabilidad de la sociedad en la asignación justa de recursos médicos, y cuál es la necesidad de proporcionar apoyo emocional adecuado a los involucrados, considerando la vulnerabilidad a largo plazo? También es fundamental aplicar principios éticos como la solidaridad, que nos llama a cuidar y apoyar a los más vulnerables en nuestra sociedad, y la subsidiariedadvi, que busca tomar decisiones a nivel más cercano al individuo siempre que sea posible. 

En este contexto, el uso de un ojo para un trasplante, sabiendo que la recuperación de la visión es incierta, podría cuestionarse desde una perspectiva de justicia en bioética. ¿Es apropiado utilizar un recurso médico valioso de esta manera, cuando otros pacientes podrían beneficiarse más de dicho recurso? Estas preguntas nos instan a considerar cuidadosamente la asignación de recursos y la equidad en el acceso a procedimientos médicos, especialmente aquellos que tienen un componente estético y funcionalvii

Finalmente, ¿cómo aplicamos estos principios éticos junto con la responsabilidad, la prudencia, el principio de precaución, la autonomía y la justicia para tomar decisiones éticas y equitativas en el contexto de los trasplantes de ojo, considerando también la vulnerabilidad que pueden experimentar los receptores debido a la dependencia de medicamentos inmunosupresores? Estas cuestiones nos desafían a considerar cuidadosamente no solo los aspectos técnicos, sino también los valores éticos que deben guiar nuestras acciones en el ámbito médico y en la sociedad en general, protegiendo la dignidad y la vida física de cada individuo involucrado. 

 

¿Qué es lo que sigue? 

Si bien este procedimiento no ha restaurado la visión del ojo izquierdo de su receptor, Aaron James, ha demostrado ser efectivo en términos estéticos, lo que sienta un importante precedente. Además, abre la posibilidad de que personas que hayan perdido un ojo en el pasado tengan la oportunidad de recuperar no solo su apariencia, sino también la esperanza de recuperar la vista. Sin embargo, es importante destacar que las proyecciones de este trasplante indican que, en el futuro, la visión podría recuperarse de manera significativa, aunque existe una incertidumbre considerable en este aspecto. Esta incertidumbre nos recuerda que, al igual que en el trasplante de cabeza, hasta que no se desarrolle una técnica que permita la reconexión exitosa del componente vascular y nervioso del ojo al cerebro, y se alcancen avances médicos y científicos suficientes, un trasplante total exitoso de ojo con recuperación de la visión seguirá siendo un desafío. 

En este sentido, en los próximos añosviii, se requerirá seguir un enfoque paso a paso, priorizando la investigación y desarrollo de técnicas de reconexión nerviosa que hasta la fecha han enfrentado desafíos significativos debido a la complejidad de las múltiples fibras nerviosas del nervio óptico. Un trasplante total exitoso de ojo con recuperación de la visión dependerá de avances médicos y científicos suficientes que permitan la reconexión exitosa del componente vascular y nervioso del ojo al cerebro. Esta meta sigue siendo un desafío importante en el campo de la medicina. 

La posibilidad de restaurar la visión mediante trasplantes de ojo plantea desafíos éticos y oportunidades significativas. Los desafíos incluyen cuestiones relacionadas con la distribución justa de estos procedimientos, el consentimiento informado en un contexto en el que la recuperación de la visión es una posibilidad real, y la necesidad de considerar las implicaciones de estos avances para la identidad y la percepción del yo de los pacientes. Por otro lado, las oportunidades radican en la posibilidad de mejorar la calidad de vida de quienes han enfrentado la pérdida de visión y en la perspectiva de avanzar hacia tratamientos más efectivos en el futuro. 

A medida que avanzamos en este campo, es fundamental que la ética médica evolucione para abordar estos nuevos escenariosix. La solidaridad, que nos llama a cuidar y apoyar a los más vulnerables en nuestra sociedad, juega un papel crucial en la consideración de quiénes deberían tener acceso a estos procedimientos, asegurando que no se excluya a aquellos que podrían beneficiarse. La subsidiariedad, que busca tomar decisiones a nivel más cercano al individuo siempre que sea posible, también debe ser tenida en cuenta en la toma de decisiones sobre trasplantes de ojo, para respetar la autonomía y las necesidades individuales. Además, el respeto a la vida física de cada individuo involucrado es fundamental, asegurando que cualquier procedimiento sea coherente con su bienestar y proteja su integridad física y psicológica. 

Estos principios éticos, junto con la responsabilidad, la prudencia, el principio de precaución, la autonomía y la justicia, son esenciales para tomar decisiones éticas y equitativas en el contexto de los trasplantes de ojo, considerando también la vulnerabilidad que pueden experimentar los receptores debido a la dependencia de medicamentos inmunosupresores. Estas cuestiones nos desafían a considerar cuidadosamente no solo los aspectos técnicos, sino también los valores éticos que deben guiar nuestras acciones en el ámbito médico y en la sociedad en general, protegiendo la dignidad y la vida física de cada individuo involucrado y asegurando un enfoque equitativo en la distribución de estos procedimientos. 

 

Conclusiones

La posibilidad de restaurar la visión mediante trasplantes de ojo plantea desafíos bioéticos y oportunidades significativas. Estos desafíos incluyen cuestiones relacionadas con la distribución justa de estos procedimientos, el consentimiento informado en un contexto en el que la recuperación de la visión es una posibilidad real y la necesidad de considerar las implicaciones de estos avances para la identidad y la percepción del yo de los pacientes. 

A medida que avanzamos en este campo, es fundamental que la ética médica evolucione para abordar estos nuevos escenarios. La solidaridad, que nos llama a cuidar y apoyar a los más vulnerables en nuestra sociedad, juega un papel crucial en la consideración de quiénes deberían tener acceso a estos procedimientos, asegurando que no se excluya a aquellos que podrían beneficiarse. La subsidiariedad, que busca tomar decisiones a nivel más cercano al individuo siempre que sea posible, también debe ser tenida en cuenta en la toma de decisiones sobre trasplantes de ojo, para respetar la autonomía y las necesidades individuales. Además, el respeto a la vida física de cada individuo involucrado es fundamental, asegurando que cualquier procedimiento sea coherente con su bienestar y proteja su integridad física y psicológica. 

Estos principios bioéticos, junto con la responsabilidad, la prudencia, el principio de precaución, la autonomía y la justicia, son esenciales para tomar decisiones éticas y equitativas en el contexto de los trasplantes de ojo, considerando también la vulnerabilidad que pueden experimentar los receptores debido a la dependencia de medicamentos inmunosupresores. Estas cuestiones nos desafían a considerar cuidadosamente no solo los aspectos técnicos, sino también los valores éticos que deben guiar nuestras acciones en el ámbito médico y en la sociedad en general, protegiendo la dignidad y la vida física de cada individuo involucrado. 

En última instancia, el caso del trasplante de ojo completo de Aaron James nos recuerda que la bioética y la medicina deben avanzar juntas para garantizar que los avances médicos se realicen de manera responsable y con un profundo respeto por la dignidad humana en un mundo donde la ciencia y la bioética están entrelazadas más que nunca. 

 

 

Juan Manuel Palomares Cantero es abogado, maestro y doctor en Bioética por la Universidad Anáhuac, México. Fue director de Capital Humano, director y coordinador general en la Facultad de Bioética. Actualmente se desempeña como investigador en la Dirección Académica de Formación Integral de la misma Universidad. Es miembro de la Academia Nacional Mexicana de Bioética y de la Federación Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Bioética. 

María Fernanda Martínez Palomo es médico cirujano y maestra en bioética por la Universidad Anáhuac, México. Actualmente se encuentra realizando prácticas clínicas y quirúrgicas en la Asociación de Oftalmología y Salud Visual, institución especializada en servicios oftalmológicos. 

 

 

Las opiniones compartidas en este blog son de total responsabilidad de sus respectivos autores y no representan necesariamente una opinión unánime de los seminarios, ni tampoco reflejan una posición oficial por parte del CADEBI. Valoramos y alentamos cualquier comentario, respuesta o crítica constructiva que deseen compartir.

 


i CNN Español, Primer trasplante de ojo completo y cara del mundo

ii Laspro, M., Chaya, BF, Brydges, HT, Dave, N., Thys, E., Onuh, OC, ... & Rodríguez, ED (2023). Viabilidad técnica del alotrasplante compuesto vascular de todo el ojo: una revisión sistemática. Cirugía Plástica y Reconstructiva Global Open , 11 (4).

iii Pérez, A. M., San Juan, E., Maestro, A. B., & Flores, M. M. (2021). Consideraciones éticas del trasplante de órganos. Revista electrónica AnestesiaR, 13(9), 1. 

 iv Loza, C. M. (2023). La dignidad humana como fundamento de los derechos humanos. Ius Inkarri, 12(14), 227-256. 

v Ríos Uriarte, M. E. D. L. (2019). Bioética y género: análisis desde la vulnerabilidad humana. Medicina y ética, 30(4), 1317-1356. 

vi Martínez, P. C. C. CAPÍTULO 8 Una mirada a la educación bioética. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y Doctor Honoris Causa por parte de la Organización Internacional, 127. 

vii Turbert, D., & Huffman, J. M., MD. (2023, 02 de mayo). ¿Qué parte del ojo puede trasplantarse? [What Parts of the Eye Can Be Transplanted?]. Publicado en American Academy of Ophthalmology (AAO) - Sitio web de salud ocular.  

viii Researchers aim for first human eye transplant within the decade Sitio web: PBS NewsHour. Fecha de publicación: 26 de noviembre de 2016 

ix Su, AJ, Li, B., Wang, Y., Owens, CR, Banaee, T., Khatter, Nueva Jersey, ... y Washington, KM (2022). Respuesta inmunológica tras un trasplante de ojo completo en un modelo de rata. Oftalmología de investigación y ciencias visuales , 63 (7), 958-A0427.

 

English version


Más información:
Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética (CADEBI)
Dr. David Cerdio Domínguez
david.cerdio@anahuac.mx