
El nuevo estudio de CEPAL y UNICEF alerta sobre escenarios que podrían triplicar el impacto de la pandemia de COVID-19 en la niñez y juventud de la región, y ofrece una hoja de ruta para articular políticas públicas que reduzcan desigualdades y protejan a las generaciones futuras.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en colaboración con UNICEF, presenta esta importante obra de Rafael Van der Borght, publicada en agosto de 2025. Este estudio no es solo un informe; sino una llamada urgente a la acción, un lente a través del cual se examina cómo la crisis climática está redefiniendo el futuro de la infancia y la juventud en nuestra región. Su valor radica en la exhaustiva modelación de escenarios y la articulación de políticas públicas, ofreciendo una hoja de ruta esencial para gobiernos y sociedad civil en la búsqueda de un desarrollo más justo y sostenible para las generaciones futuras. La publicación fue elaborada por la Sección de Cambio Climático, Ambiente, Energía y Reducción del Riesgo de Desastres de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Unidad de Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El documento aborda la preocupante evolución de la pobreza infantil y juvenil en América Latina, una situación agravada por la pandemia de COVID-19 y que ahora enfrenta una amenaza sin precedentes por los efectos del cambio climático. En los últimos años, los efectos de la pandemia de la COVID-19 han causado el mayor retroceso económico en décadas. Ya en 2022, se estimaba que 94 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (menores de 25 años) de América Latina vivían en condiciones de pobreza, representando el 52% del total de pobres de la región (CEPAL, 2025: 8). La incidencia es particularmente alarmante para los menores de 15 años, con 4 de cada 10 en situación de pobreza (CEPAL, 2025: 9).
El estudio analiza el impacto potencial del cambio climático en la pobreza infantil y juvenil en 18 países de América Latina para el año 2030, basándose en tres escenarios climáticos globales (CEPAL, 2025: 2, 31, 34 - 35):
Escenario 1. Net Zero 2050 (con una expectativa en el calentamiento global a 1,4°C a fines de siglo): Aun cuando se logre alcanzar el objetivo cero emisiones globales netas de CO2 en torno a 2050, de esta ambiciosa y rápida reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, se estima que para 2030, el cambio climático sería el responsable de que 5.9 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes adicionales a los ya existentes caigan en la pobreza.
Escenario 2. Bajo las Políticas actuales (con una expectativa en el calentamiento global a 2.9°C a fines de siglo): Si los países continúan bajo sus actuales NDCs (Nationally Determined Contributions, por sus siglas en inglés), establecidas en el Acuerdo de París para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, para el año 2030, 19.3 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes más podrían caer en la pobreza. En cambio, si los gobiernos aplican medidas que eviten que la desigualdad aumente (manteniendo el coeficiente de Gini en sus niveles actuales), esa cifra podría reducirse prácticamente a la mitad, es decir, a casi 9.9 millones.
Escenario 3. Muy poco, muy tarde (con una expectativa en el calentamiento global a 4°C a fines de siglo): En un escenario de inacción climática, donde los países implementan muy pocas NDCs (o las implementan después de 2050), llevaría a una situación devastadora, con 17.9 millones adicionales de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en pobreza para 2030 si la desigualdad se mantiene, o hasta 27.5 millones si esta empeora.
Para poner esto en perspectiva, este informe menciona que la pandemia de COVID-19 llevó a la pobreza a aproximadamente 11 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; el peor escenario climático podría triplicar esta cifra. Una diferencia crucial es que, a diferencia de la recuperación económica tras la pandemia, se prevé que los impactos del cambio climático se intensifiquen más allá de 2030, con efectos devastadores a largo plazo (CEPAL, 2025: 2, 35).
El estudio destaca que la vulnerabilidad de los niños y jóvenes es desproporcionada, ya que son físicamente más sensibles y menos capaces de soportar condiciones climáticas extremas como inundaciones, sequías, tormentas y olas de calor. Su alta dependencia económica, la prevalencia de la pobreza y la falta de acceso a servicios esenciales como salud, nutrición, educación y protección social limitan sus recursos para hacer frente a un clima cambiante (CEPAL, 2025: 13). Los impactos crónicos por el aumento de temperaturas y las sequías son los que más contribuyen a la desviación del PIB per cápita (CEPAL, 2025: 33). Además, se subraya que más del 60% de los niños en situación de pobreza por el cambio climático tendrán menos de 15 años (CEPAL, 2025: 36 - 37).
Ante la magnitud de estos hallazgos, el informe propone cuatro áreas prioritarias de política pública (CEPAL, 2025: 41 - 43):
Fortalecer la resiliencia climática de los servicios sociales e infraestructura crítica: proteger a la niñez, especialmente en los primeros 1,000 días, a través de programas integrales de salud, nutrición y cuidado temprano, además de la construcción y mejoramiento de escuelas y sistemas de agua y saneamiento resistentes a fenómenos climáticos, evitando interrupciones educativas y riesgos para la salud.
Aumentar el financiamiento climático sensible a la infancia: priorizando a los más vulnerables. Los Estados deben cerrar la brecha de adaptación con recursos nuevos, evitar deudas futuras y garantizar proyectos que integren derechos de la niñez y género. Además, urge coordinación interinstitucional y evaluación con indicadores específicos para una acción climática centrada en la infancia. Actualmente, solo el 3.4% del financiamiento climático multilateral en América Latina y el Caribe es sensible a la infancia (CEPAL, 2025: 14).
Fomentar políticas de protección social y de respuestas a emergencias que tomen en cuenta las necesidades específicas de los niños y niñas. Diseñar sistemas de protección social que consideren la vulnerabilidad climática de niños y jóvenes, incluyendo fondos de emergencia y acceso a servicios de salud integrales.
Promover una mayor consciencia, educación y empoderamiento de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Incorporar la educación ambiental y climática en los currículos escolares y apoyar los movimientos juveniles por el clima que los protejan de impactos desproporcionados. La inacción climática agrava la pobreza infantil y compromete la equidad intergeneracional, afectando gravemente el presente y futuro de las nuevas generaciones.
Importancia de esta obra para la bioética global
Esta investigación se entrelaza profundamente con los desafíos centrales de la bioética global, al abordar cuestiones de equidad, justicia social, sostenibilidad y responsabilidad compartida:
Equidad: El estudio evidencia una clara inequidad en la distribución de los impactos del cambio climático, donde los niños y jóvenes de América Latina, que son los menos responsables de las emisiones globales, son quienes enfrentan los mayores riesgos y vulnerabilidades. La profundización de la desigualdad económica, medida por el coeficiente de Gini, exacerba estos impactos (CEPAL, 2025: 15), creando un ciclo vicioso de pobreza y privación. La bioética exige una distribución justa de los recursos y la protección, especialmente para los más desfavorecidos.
Justicia Social: Al proyectar millones de niños adicionales en pobreza y señalar la mayor vulnerabilidad de los países más pobres y de los niños menores de 15 años (CEPAL, 2025: 36), el informe pone de manifiesto una flagrante injusticia social. Las recomendaciones de fortalecer los servicios sociales, la infraestructura crítica y la protección social adaptativa (CEPAL, 2025: 3, 42) son directamente coherentes con los principios de la justicia social, buscando salvaguardar los derechos fundamentales de los niños y garantizarles oportunidades de desarrollo.
Sostenibilidad: La obra es, en esencia, un alegato por la sostenibilidad intergeneracional. Los escenarios climáticos explorados y sus consecuencias a largo plazo para el Producto Interno Bruto (PIB) regional y la pobreza infantil subrayan la necesidad imperante de un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones. La advertencia de que los impactos climáticos se intensificarán más allá de 2030 refuerza la urgencia de actuar hoy para un futuro habitable y justo.
Responsabilidad Compartida: Aunque América Latina y el Caribe contribuye con menos del 10% de las emisiones globales, la materialización de los escenarios climáticos depende de los esfuerzos de reducción de emisiones a nivel mundial (CEPAL, 2025: 34). Sin embargo, la investigación también enfatiza que las políticas públicas nacionales en la región pueden mitigar significativamente la profundización de la desigualdad. Esto subraya una doble capa de responsabilidad: global por la mitigación y nacional por la adaptación y la equidad interna. La bioética nos llama a reconocer esta interconexión y a actuar colectivamente.
De esta forma, "El impacto del cambio climático en la pobreza infantil y juvenil de América Latina" es más que una publicación académica; es una radiografía de una crisis inminente y una guía para la esperanza. Nos confronta con la realidad de que la inacción climática no solo amenaza el planeta, sino que compromete directamente el futuro de millones de niños y jóvenes, quienes enfrentarán un riesgo creciente de vivir en pobreza y ver sus oportunidades vitales truncadas por decisiones ajenas a ellos.
Este libro es un recurso invaluable para todo aquel interesado en el futuro de nuestra región. Ofrece datos rigurosos, proyecciones impactantes y, lo más importante, recomendaciones concretas y factibles para una acción integrada y sensible a la niñez. Sumergirse en sus páginas es comprender la urgencia de reorientar nuestras políticas y acciones hoy, para asegurar que la próxima generación de latinoamericanos no herede solo una crisis, sino también las herramientas para construir un futuro más resiliente, equitativo y próspero.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). (2025, agosto). El impacto del cambio climático en la pobreza infantil y juvenil de América Latina (LC/TS.2025/36).
Puede consultar esta obra completa en:
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). (2025). Impacto del cambio climático en la pobreza infantil y juvenil en América Latina. CEPAL. https://www.cepal.org/es/publicaciones/82426-impacto-cambio-climatico-la-pobreza-infantil-juvenil-america-latina
Más información:
Centro Anáhuac de Desarrollo Estratégico en Bioética (CADEBI)
Dr. Alejandro Sánchez Guerrero
alejandro.sanchezg@anahuac.mx