Pasar al contenido principal
carlos 5

¿Cuánto cuesta la vida?

Recorría la zona centro de Puebla buscando un lugar para poder conectarme y trabajar por un momento y mi cerebro estaba más enfocado en los mails que tenía que mandar que en buscar la mejor opción disponible en la zona. Aquel buen marketing del “Café de la Sirena” resultó efectivo y entré a buscar prácticamente cualquier bebida que me permitiera estar por unas dos horas trabajando.

 

Recorrí con la vista el menú que tienen detrás de la barra un poco apresurado por el saludo amable de uno de los empleados que acompaña la experiencia alrededor del café que promete la marca, me preguntó: “¿Qué vas a tomar hoy?” Mi elección fue relativamente rápida: un café del día Venti cortado con un shot de leche fría light; mientras esperaba al final de la barra no pude evitar pensar en aquel café que tomaban mis abuelos en el desayuno de cada mañana, café con leche, pues.

 

Toda esa experiencia, que, por cierto, incluyó mi nombre en el vaso del café, hizo que aquellas 20 onzas de una bebida tradicional y ampliamente conocida en México desde hace siglos viniesen acompañadas por un “te cobro $47. Siendo honesto, hasta que me senté en una mesa y vi el ticket hice conciencia de lo que había pagado.

 

Apenas hace unos días escuchaba que viviendo en una ciudad es imperceptible la desigualdad social, pues no somos capaces, en su mayoría, de reconocer las grandes diferencias económicas que existen en el país, en dónde el salario mínimo vigente para el 2022 es de $172.87, esto después de un incremento del 22% en comparación al año anterior.

 

Hoy, nuevamente por algunos pendientes del trabajo tuve que comer fuera de casa. Esta vez el tráfico me “ayudó a elegir” sabiamente un restaurant de comida rápida, las “Famosas Hamburguesas de la Estrella”. En esta ocasión no me sentía presionado por una fila de personas detrás de mí esperando a que eligiera lo que iba a comer y la conversación no fue tan diferente a la del café. Me preguntaron: “¿Qué te voy a servir?”, ya había decidido, - una Western Bacon Cheeseburger en combo -. El empleado tratando de subir aquel ticket promedio me preguntó: “¿quieres papas y refresco medianos?”, yo me resistí sin problema y no le quedó más que decirme: - “te cobro $186.00”. Sí, como habrás caído en cuenta una sola comida había costado más de un salario mínimo vigente.

 

La canasta básica en México contempla 24 productos, la PROFECO considera un listado de productos básicos de alto consumo para la alimentación de la población mexicana, y las cantidades se calculan considerando el consumo semanal de un hogar de cuatro integrantes. De acuerdo con el reporte de la PROFECO (Quién es quién en los Precios) el costo en Puebla de la canasta básica para agosto de 2022 era de $989.70 pesos.

 

Una de las mayores complejidades a las que me he enfrentado cuando le pido a los estudiantes que identifiquen problemáticas y oportunidades para después generar proyectos que atiendan a las mismas, es el proceso de empatizar dentro de la metodología de Design thinking: conocer a tu usuario, entenderlo y más allá de ponerte en sus zapatos, ver con sus ojos y escuchar con sus oídos cuál es la realidad a la que se enfrenta.

 

Y antes de señalar a los estudiantes por no sensibilizarse y etiquetarlos como privilegiados, los invito a pensar que, si hay que elegir un responsable, ha sido la misma dinámica social en la que hemos caído. Una sociedad polarizada, no por diferencias raciales, sino por diferencias sociales, en donde los términos sociales incluyentes difícilmente son abordados en las conversaciones de moda, ¿será que no generan tanto tráfico en las redes sociales como si lo generan otro tipo de inclusiones? -solo lo medito-.

 

Desde el área de emprendimiento de la Universidad Anáhuac Puebla, buscando constantemente la formación de Líderes de acción positiva, queremos que nuestros estudiantes tengan en sus principales opciones la generación de riqueza y empleos a través el emprendimiento de un negocio, pero, sobre todo, incentivamos a los estudiantes a buscar soluciones que generen un impacto socio ambiental positivo.

 

Por cierto, si piensas que esto de pagar por las experiencias innovadoras y el efecto WOW es reciente, basta solo con recordarte el “tin tin tin” que genera la percusión del vaso de cristal al golpearlo con un cubierto de metal, anunciando de alguna manera la experiencia - ahora instagrameable – de servir el café lechero, que empezó a servirse por allá de la década de los 70 en el puerto de Veracruz, tan famoso que ni hay necesidad de mencionar el nombre.

 

Hacer memoria para no comprar espejitos.

 

Mtro. Carlos Ortíz Clemente

Coordinador de Emprendimiento de la Anáhuac Puebla