Día Mundial de la Fotografía
Más que una fecha conmemorativa, este día nos invita a reflexionar sobre el poder que tienen las imágenes en la forma de entender, narrar y transformar nuestro entorno de manera positiva. En la era de la hipervisibilidad, donde todo puede ser fotografiado y compartido, vale la pena preguntarnos: ¿qué papel juega la fotografía en la sociedad contemporánea desde una perspectiva crítica de la comunicación?
La fotografía es más que un arte o una técnica. Es una forma de lenguaje. Como dice Jesús Martín-Barbero, el poder de los medios no reside únicamente en su capacidad para informar, sino en su papel para configurar los modos de percepción. En este sentido, la fotografía participa activamente en la construcción simbólica de nuestra realidad. Una imagen no es un espejo del mundo, sino una versión; una traducción de lo real que siempre está mediada por la mirada del otro.
Desde el pensamiento de Henry Jenkins, podríamos entender la fotografía como parte de una cultura participativa, donde los usuarios no solo consumen imágenes, sino que las producen, remezclan y resignifican. Si bien las redes sociales han democratizado la posibilidad de narrar el mundo a través de fotos, también han intensificado la ansiedad por capturar y compartir cada instante, muchas veces desde la superficialidad del filtro y la pose, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿Estamos viendo realmente o solo acumulando imágenes?
Oscar de la Borbolla, con su mirada aguda y contradictoria, diría que la fotografía ha llegado a ser una forma de no vivir el momento. Al intentar inmortalizarlo, lo alejamos de nuestra experiencia directa. En su ensayo Las vocales malditas, sugiere que somos espectadores de nuestra propia vida, actores que posan para un archivo que quizá nunca veremos.
Juan Villoro, por su parte, ha reflexionado sobre la fotografía como un acto de memoria. En una entrevista con el fotógrafo Sebastião Salgado, señala que las imágenes no solo capturan el pasado, sino que lo editan. No recordamos tanto lo que vivimos, sino cómo fue fotografiado. Esto nos invita a reflexionar sobre la construcción de la historia colectiva y al mismo tiempo preguntar en voz alta. ¿Qué imágenes se conservan y cuáles se olvidan? ¿Quién tiene el poder de mirar y mostrar?
Desde la comunicación, Guillermo Orozco y Aguado Terrón han advertido que el consumo mediático —incluida la imagen fotográfica— moldea nuestras subjetividades. Las fotografías que vemos en los medios, en la publicidad o en los perfiles digitales modelan nuestros deseos, temores e incluso nuestras nociones de belleza, éxito o sufrimiento. Las imágenes no son inocentes. Son discursos. Y como tales, responden a intereses, ideologías y estructuras de poder.
Por eso, en este Día Mundial de la Fotografía, no basta con celebrar la estética de una buena toma o el avance tecnológico de las cámaras. Necesitamos pensar críticamente la imagen. Preguntarnos qué representa, qué oculta, a quién favorece y a quién excluye. La fotografía puede ser denuncia, arte, memoria, archivo, manipulación o espectáculo. Depende del uso que le demos y de la conciencia con la que la produzcamos o consumamos.
Hoy, más que nunca, urge una alfabetización sobre la estética visual. Enseñar a leer imágenes con la misma seriedad con la que se analiza un texto. Porque en cada fotografía hay una historia, pero también una intención, un discurso, una lucha. Y en una sociedad saturada de estímulos visuales, entender el lenguaje de la imagen es un acto de libertad.
La fotografía es uno de los medios más poderosos del siglo XXI. Tiene la capacidad de emocionar, movilizar, engañar o visibilizar lo que otros callan. Desde la perspectiva crítica de la comunicación, este arte exige una mirada activa, reflexiva y consciente. No se trata solo de capturar el mundo, sino de preguntarnos para quién, desde dónde y con qué propósito lo estamos mostrando.
En el fondo, como diría Villoro, cada fotografía es una pregunta disfrazada de respuesta.
Por el Mtro. Mtro. Daniel Guevara Portada
Acerca del Mtro. Daniel Guevara
Explorador de los sonidos de la ciudad, promotor de la movilidad sustentable y hacedor de historias fragmentadas que tienen como punto de partida el discurso radiofónico.
Ha colaborado en diversos proyectos audiovisuales en la radio pública a partir de apoyar a distintos colectivos de la escena artística, periodistas ciudadanos y museos contribuyendo en temáticas de la radio infantil, los derechos de los migrantes y la difusión de la escena electrónica de la ciudad de Puebla.
Coordina el proyecto de Radio Anáhuac Puebla OnLine contribuyendo con la ejecución de la estrategia de creación de contenido, así como de vinculación siendo el representante de la estación ante la Red de Radios Universitarias de Puebla.
Estudió la licenciatura en Comunicación y la Maestría en Comunicación Digital e Hipermedia por la Universidad Anáhuac Puebla.