Incertidumbre del dólar ¿Transición a un nuevo sistema de pago internacional?
1.- El dólar como moneda de referencia y uso global.
El dólar estadounidense ha sido por 80 años la moneda de cambio en el comercio internacional. Alcanzó la hegemonía gracias al poderío, la estabilidad económica y la gran influencia en política exterior ejercida por los Estados Unidos.
Los bancos centrales de todos los países respaldan su economía y capacidad cambiaria al guardar el 58% de sus reservas internacionales en dólares americanos. En tanto que, el 88% de transacciones internacionales se hace con base en esa moneda.
Sin embargo, la crisis financiera por lo bonos derivados en 2008 -originada en los Estados Unidos al colapsar la especulación inmobiliaria con la caída de las hipotecas subprime-, sumada a la recesión generada con la pandemia en 2020-22, han debilitado al dólar y ya acusa desconfianza. Ahora, con la incertidumbre producida por la imposición masiva de aranceles a la importación la situación del dólar vuelve a ser noticia y cuestiona la conveniencia de «guardar» dólares.
Economistas, como Omar Larré de fintualist, argumentan: “Siempre está de moda decir que el dólar estadounidense está amenazado como moneda principal de reserva” y que “cada cierto tiempo, ocupa las portadas de los principales medios de comunicación especializados en economía y finanzas”. Es cierto, pero ahora son más notorios los vaivenes del dólar y la dimensión de la deuda de los Estados Unidos atemoriza. ¿Qué hay realmente?
2.- Origen del dólar como moneda internacional.
Antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, en Bretton Woods, New Hampshire, representantes de 44 países definieron las bases de una nueva economía mundial postguerra. Se creó el Fondo Monetario Internacional y, posteriormente, el Banco Mundial. Los personajes centrales fueron el británico John Maynard Keynes y el americano Harry Dexter White.
Keynes vislumbraba un mundo próspero con un comercio libre entre naciones. Se necesitaba una moneda convertible y propuso el “bancor” como moneda mundial. Estados Unidos se opuso, el dólar ya había llegado a ser la moneda de referencia internacional. El valor de una moneda dependía de su respaldo en reservas de oro y la nación americana concentraba el 60% del oro mundial, era de facto la moneda confiable en el mundo. De esta manera, Estados Unidos aseguraba a su industria ser el proveedor principal para todo el mundo y le privilegiaba seguir siendo el prestamista mundial. A partir de entonces, la economía mundial ha operado con base en el dólar.
3.- La situación del dólar, del respaldo en el oro a la deuda en bonos.
A través de la historia, las monedas de algunos pueblos que alcanzaron la hegemonía de su tiempo y sirvieron de reserva, como el dracma griego, el denario romano, el sólido bizantino, el dinar islámico, el ducado veneciano y el florín florentino. A partir del siglo XIX, la libra de la Gran Bretaña.
La moneda de reserva es usada por los Bancos Centrales en transacciones comerciales y es confiable porque reduce las fluctuaciones bruscas del tipo de cambio. La moneda de reserva es emitida por un país con economía confiable por su estabilidad. Además del dólar, son monedas de reserva el euro, la libra esterlina, el yen japonés y el franco suizo. El oro no es moneda, es un activo de reserva utilizado por los bancos centrales para respaldar el valor de la moneda que emiten.
Cuando el dólar estadounidense fue la moneda del sistema mundial, el gobierno de Estados Unidos garantizaba la venta de reservas en dólares a un tipo fijo de oro. En 1971, el presidente Richard Nixon suspendió la convertibilidad del dólar a oro y cambió su respaldo a un sistema fiduciario basado únicamente en la confianza.
Sin embargo, el actual sistema establecido en Bretton Woods cae en la paradoja de Triffin; es decir, los Estados Unidos, como país emisor de la moneda de reserva, tiene que equilibrar dos objetivos que chocan: 1. proveer suficientes dólares para los países que los usan y además desean aumentar su reserva. Y, 2, para mantener estable la economía global, tienen que importar más de lo que exportan; es decir, operar con esos países con déficit comercial. En este aspecto, el déficit comercial debe correlacionarse con la demanda de dólares para reserva, porque si se llega a un déficit demasiado alto, hay desequilibrios y se puede perder la confianza, provocando su mudanza a otra moneda de reserva. Claro que el país emisor puede reducir el déficit comercial restringiendo la oferta de su moneda y aumentando sus tasas de interés para inversiones con el fin de atraer capitales de los exportadores, solamente que, si no hay inversión foránea, corre el riesgo de provocar una escasez de liquidez internacional y una probable recesión mundial.
Elon Musk, nombrado al frente de una comisión para reducir el gasto federal, el once de febrero 2025, dijo que Estados Unidos irá a la "quiebra" si no hace recortes presupuestales, "Tenemos un déficit de 2 billones de dólares y si no hacemos algo al respecto, el país irá a la quiebra".
Se ha estimado que la deuda del país llegará este año a los 37 billones de dólares -incluidos 7.6 billones de dólares en bonos del tesoro- que alcanzan su vencimiento. No hay capacidad pagable en su totalidad. Adicionalmente, la deuda aumenta a un aproximado de 240 millones de dólares por hora. Con este escenario en el horizonte, los Estados Unidos decidieron refinanciar su deuda, emitiendo nuevos bonos del tesoro para su venta, sin éxito significativo alguno.
Esta situación deficitaria llevó a la calificadora Moody’s, el 16 de mayo de 2025, a reducirle la calificación crediticia de triple A (Aaa) a Aa1.... El costo de financiamiento de la deuda estadounidense ya supera al de otros países con calificación similar. Moody’s, aunque reconoce las fortalezas crediticias de los Estados Unidos, también lo insta a hacer reformas fiscales que le aumenten los ingresos fiscales, así como, reducir el gasto público a fin de revertir la velocidad de la deuda.
La agencia calificadora vislumbra que el déficit fiscal pueda dispararse del 6,4% de 2024, al 9% del producto interno bruto en 2035, por el aumento de intereses de su deuda y la baja de ingresos presupuestales. De seguir así, la deuda pública, pasaría del 98% en 2024 al 134% del PIB en 2035. Ante esta dura realidad, la administración Trump promovió un nuevo presupuesto de egresos.
China advirtió los riesgos del dólar, vendió calculadamente parte de la deuda pública estadounidense que tenía y, en marzo pasado, pasó al tercer lugar como tenedor de la misma, dejando a Japón y al Reino Unido el primer y segundo lugar. China había mantenido una posición clave como financiador del déficit al adquirir bonos del Tesoro hasta acumular 1,3 billones de dólares; con la venta parcial, la suma actual asciende a 761,000 millones, la cual representa poco menos del 3% del total de deuda pública estadounidense. Sin embargo, China y sus bancos todavía poseen unos 3 billones de dólares en bonos y otros activos, cantidad que asemeja el PIB de la Gran Bretaña.
La Cámara de Representantes aprobó con un solo voto la propuesta presupuestaria. Todavía está pendiente la decisión del Senado. Rebaja impuestos, no los aumenta ni impone nuevos, pretende compensarlos parcialmente con recortes a la cobertura sanitaria y a las ayudas alimentarias. El presupuesto proyectado aumentaría 3 millones de millones la deuda, en el curso de la próxima década, más cinco millones de millones si ciertas disposiciones temporales se vuelven permanentes.
Elon Musk, a quien habían encargado reducir el déficit fiscal, criticó el proyecto de ley de gasto, afirmando que el aumento de deuda socavaba los esfuerzos del grupo de recortes por “enorme, escandaloso y lleno de prebendas”. Por su parte, Trump confía en que la recaudación de fondos por aranceles. Los especialistas dudan que el proyecto vaya a producir crecimiento del PIB. Y, mientras tanto, la deuda de Estados Unidos ya alcanzó el 124% del PIB y, el año pasado, el pago de intereses representó 1 de cada 8 dólares gastados al gobierno estadounidense, cantidad mayor a la destinada al ejército, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
5.- Pretendiendo compensar el desbalance comercial con la venta de bonos del Tesoro y la imposición de aranceles.
En enero de 2025, Estados Unidos alcanzó un déficit comercial de 131,400 millones de dólares. Sus importaciones habían alcanzado los 401,200 millones de dólares.
El presidente estadounidense declaró emergencia nacional, invocó poderes extraordinarios para abordar los desafíos económicos, y pasó a imponer agresivos aranceles a sus importaciones. Pese a la volatilidad con que ha impuesto aranceles, se puede resumir una tarifa base del 10 % a todos sus socios comerciales y “recíprocos” más elevados a unas 60 naciones superavitarias, complementando con altos impuestos a las importaciones de aluminio y acero.
A principios de abril 2025, entre los aranceles de alto porcentaje estaban el 46 % para Vietnam, 34 % para China, 32 % para Taiwán, 27 % para la India, 25 % para Corea del Sur, 24 % para Japón y 20 % para la Unión Europea.
La Casa Blanca argumenta que los países exportadores se han aprovechado, pero el sistema internacional establecido por Estados Unidos lo hace partícipe. Puede decirse que sus importaciones las cubre a crédito con garantía de nuevos bonos del Tesoro pagaderos a 30 años, lo que le permitirle un consumo interno sin inflación.
También es de analizar que los aranceles son impuestos indirectos al consumidor al costarle más caros los productos, porque las compañías importadoras generalmente pasan el importe de la tarifa impuesta al precio de la mercancía importada.
Así las cosas, el dólar, símbolo de estabilidad por décadas, con la imposición de los aranceles provocó que los inversionistas vendieran sus acciones y sus bonos del Tesoro, causando caída de precios en ambos mercados. La moneda se debilitó y los tipos de interés subieron. El dólar dejó de ser el refugio. Por primera vez, el billete verde generó dudas.
Internamente, además del aumento de precios, la Reserva Federal teme que el mercado laboral de EE.UU. "se debilite sustancialmente". La resistencia del mercado laboral ha mantenido la tasa de interés y hasta hoy parece resistir. En mayo, el desempleo se situó en 4.2%, y se crearon unos 177,000 empleos. Importa el mercado laboral, porque es el motor principal que impulsa a la economía a través del consumo. El gasto del consumidor es casi el 70% de la economía de Estados Unidos.
Otro obstáculo interno a la imposición de impuestos a la importación vino de los Estados del país. California, que por sí sola es la quinta economía mundial y la primera en el país, objeta la autoridad presidencial en el uso de la Ley de Poderes de Emergencia Económica Internacional para promulgar aranceles. China y México son el primero y segundo de sus proveedores. Adicionalmente, un panel de tres jueces del Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos bloqueó los aranceles globales de Trump. La administración Trump no se preocupa y cree poder superarlo, pero la incertidumbre persiste.
6.- El manejo sancionatorio del dólar a otros países lo vuelve imperial.
El dólar estadounidense sigue siendo la piedra angular del sistema financiero global. Estados Unidos, como emisor de la moneda, tiene en él un arma geopolítica. De manera unilateral toma decisiones en contra de otros países, sin considerar la opinión de Naciones Unidas. Alfonso Suárez Saro, en El Orden Mundial (30 abril, 2024), afirma: “Washington ha abusado de forma sistemática de este ´privilegio exorbitante´…Esto ha acelerado… deseos de… ´desdolarización´ para reducir sus vulnerabilidades económicas… los países de la ASEAN y la Organización de Cooperación de Shanghái pretenden aumentar sus intercambios bilaterales en moneda local. Asimismo, los BRICS+”.
7.- Los BRICS.
A fin de crear una alianza económica y contar con mayor influencia en la economía global,los presidentes de Brasil, Rusia, India y China crearon el grupo BRIC en 2001. En 2010, Sudáfrica se les unió y cambió a BRICS. Actualmente, con la adhesión de otros países, se le refiere como BRICS+.
Durante la cumbre en 2024 en Kazán, Rusia, los líderes BRICS intensificaron sus discusiones sobre una alternativa de intercambio comercial dentro del bloque a través del pago en monedas nacionales. Participaron 35 países, 6 organizaciones internacionales, más el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. El grupo reúne ahora a más del 40% de la población del planeta y representa el 35 % del PIB mundial.
La Declaración de Kazán se resume, en voz del Presidente anfitrión, en una agenda orientada a la construcción de un orden mundial más democrático, inclusivo y multipolar. Además, declaró que: “no estamos luchando contra el dólar, pero debemos encontrar alternativas cuando se nos impide trabajar con él”. Complementariamente, se anota, los BRICS+. 1.- no son una alianza militar, ni está dirigida a derrotar a EUA o a Europa. 2.- No intenta hundir al dólar, ni ha adoptado una moneda única. Reconoce el papel del FMI en el sistema financiero mundial, aunque piden reforme su sistema de cuotas y se amplíe la representación de los países en desarrollo en puestos de dirección, modificando los estándares que actualmente están orientados en favor de Estados Unidos.
Con lo anterior, se advierte que las potencias intermedias no están impulsando un cambio en el orden global, sino requilibrándolo el pago en el comercio usando sus propias monedas. Por lo tanto, pensar que el dólar pierde su supremacía en el corto plazo es totalmente hipotética.
8.- La competencia de los EUA con China.
En diciembre pasado, EUA inició un forcejeo con dos de acciones: la primera, bloquear la capacidad de China para producir semiconductores que le ayuden en avanzar la inteligencia artificial para aplicaciones militares. La segunda, la amenaza de Trump para impedir la “desdolarización”. China respondió con prontitud el 3 del mes, prohibiendo, a su vez, exportar semiconductores a estadounidenses con fines militares, e impuso normas más estrictas sobre las exportaciones de metales como galio, germanio, antimonio, materiales superduros y productos relacionados con el grafito.
El entonces presidente electo Trump escribió en su cuenta de X: “Requerimos el compromiso de estos países de que no crearán una nueva moneda BRICS ni respaldarán ninguna otra moneda para reemplazar al poderoso dólar estadounidense o enfrentarán aranceles del 100%, y cualquier país que lo intente deberá despedirse de Estados Unidos.” Parece blof mediático porque dos meses antes los BRICS+ habían declarado en Kazán que no optaban por una moneda única ni estaban contra el dólar. El ministro de Exteriores chino respondió: Los BRICS+ no participan en una confrontación en bloque, buscan el desarrollo mutuo y la prosperidad común.
A finales de noviembre 2024, China puso (en Riad) a la venta bonos soberanos con valor en dólares por 2.000 millones. Los bonos se suscribieron 20 veces, muy superior a las subastas del Tesoro estadounidense, en las que la demanda llega a dos o tres veces el importe de la emisión y se cotizaron casi igual que los del Tesoro estadounidense. China logró con ello una financiación en dólares y probó que podría competir con los Estados Unidos en el mercado mundial del dólar.
Queda claro, cada dólar invertido en bonos chinos es un dólar menos en el presupuesto estadounidense. Ahora, con el prolongado déficit, Washington depende de la venta de bonos del Tesoro para financiar su gasto y China, como competidor, le puede causar un daño fuerte en su financiamiento.
China, tal vez, sólo quería probar la posibilidad de vender sus bonos cotizados en dólares; el resultado es que, la estabilidad económica china se vislumbró menos riesgosa que la de los Estados Unidos. ¿En qué empleará China los recursos así obtenidos? Al parecer en la compra de oro como activo de reserva. Hay que agregar también que China, al desprenderse de una buena suma de bonos del Tesoro americano, lo utilizó precisamente para cambiar sus fondos de reserva; en 2023 compró 735 toneladas de oro. Es decir, diversifica y reduce los riesgos en sus reservas
9.- La incertidumbre y el probable cambio a la hegemonía del dólar.
La incertidumbre del orden financiero y la cautela en el dólar como moneda de transacción en el comercio mundial, aunadas a la volátil imposición de aranceles por parte de los Estados Unidos, más el alto índice de deuda y su improbable liquidación total, manifiesto por la baja de calificación crediticia, cuestionan el futuro del sistema de Bretton Woods.
La demanda reducida de bonos del Tesoro puede asumir tasas más altas de interés para compensar el riesgo y aumentar el servicio de la deuda. Finalmente, ¿cuánto tiempo más podrá Estados Unidos seguir cubriendo su déficit fiscal mediante deuda? A principios de junio 2025, China pidió a Estados Unidos que tome medidas políticas responsables para mantener la estabilidad del sistema financiero y económico internacional para salvaguardar los intereses de los inversores.
Complementariamente, la guerra comercial de los Estados Unidos ya disminuye la estimación del crecimiento del PIB mundial por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de 3.3 a 2.9 por ciento en los próximos dos años.
El dólar estadounidense seguramente perderá su hegemonía. Históricamente así ha sido con otras monedas. Sólo que no sabemos cuándo. Como apunta Ray Dalio, citado por CNN -04/06/2025) “Estados Unidos corre un riesgo bajo de sufrir una crisis de deuda de forma inminente, pero un riesgo alto a largo plazo”.
En conclusión, hay indicios de una nueva era. El sistema financiero global se dirige hacia un nuevo orden monetario de intercambio sin excluir al dólar estadunidense. Ciertamente, tomará su tiempo. Lo que viene tiene 3 variantes: 1. Una crisis de moneda con dirección incierta; 2. una negociación internacional que establezca una moneda global; 3. una alianza de países que introduzca otra u otras monedas complementarias al dólar y lleve a un comercio internacional multimonedas en un mundo que se vislumbra multipolar.[1]
Por el Emb. (r) Ramón Xilotl
Director de la Escuela de Relaciones Internacionales
[1] Referencias utilizadas para este artículo: https://shre.ink/eUSo