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CÁNCER-MAMA-ANÁHUAC

Sensibilización sobre la supervivencia del cáncer de mama: más allá del rosa.

Cada octubre el color rosa tiñe hospitales, empresas y redes sociales. Es el mes en el que se nos invita a “crear conciencia” sobre el cáncer de mama. Sin embargo, con frecuencia ese mensaje se queda en la superficie: campañas de detección temprana, moños, caminatas, fotos. Sin restarles valor, debemos ir más allá. La sensibilización real no solo implica prevenir, sino también acompañar y comprender lo que significa sobrevivir al cáncer de mama.

 

Hoy, miles de mujeres en México viven después del diagnóstico. Algunas superaron el tratamiento hace años; otras, conviven con la enfermedad como un proceso crónico que exige revisiones periódicas, cambios en su estilo de vida y, sobre todo, una fortaleza emocional que muchas veces pasa desapercibida. Ser sobreviviente no significa “volver a ser la misma”, sino reconstruirse en medio de las cicatrices físicas y emocionales que deja el cáncer.

 

En consulta, es frecuente escuchar frases como: “Ya terminó el tratamiento, pero no me siento igual”, “Tengo miedo de que regrese”, o “No sé cómo recuperar mi vida”. Son testimonios que nos recuerdan que la batalla no termina cuando el oncólogo da el alta médica. Empieza una nueva etapa, una en la que el cuerpo y la mente necesitan sanar, adaptarse y reencontrar su equilibrio.

 

La supervivencia al cáncer de mama debe entenderse como una dimensión integral del cuidado de la salud. No basta con curar la enfermedad, o controlarla cuando es así el mejor resultado posible; es indispensable ayudar a vivir después de ella. Eso implica atender la salud mental, la sexualidad, la autoestima, la fertilidad, el bienestar físico y la reintegración social. Muchas pacientes viven con dolor persistente, linfedema o secuelas quirúrgicas que impactan su día a día. Otras enfrentan el estigma o la incomprensión de su entorno, que espera que todo vuelva a la “normalidad”.

 

Como sociedad, necesitamos cambiar la narrativa: la verdadera sensibilización no es solo detectar el cáncer a tiempo, lo cual es un parteaguas en la vida de las pacientes, sino comprender y acompañar el proceso de quienes sobreviven. Aplaudir su fortaleza no basta; hay que ofrecer espacios de apoyo psicológico, programas de rehabilitación y políticas públicas que garanticen su seguimiento integral.

 

En este contexto, los profesionales de la salud tenemos una enorme responsabilidad. Cada consulta es una oportunidad para escuchar, validar y orientar. No solo debemos preguntar por estudios o tratamientos, sino también por emociones, temores y proyectos. Recordar que detrás de cada diagnóstico hay una historia, una mujer, una hija, una madre, una familia, una vida en reconstrucción.

 

También debemos hablar de esperanza. Los avances médicos son notables: la detección temprana y las terapias personalizadas han mejorado significativamente la supervivencia. Pero la esperanza no se mide solo en años de vida, sino en la calidad de esos años. Acompañar, informar y educar son herramientas tan poderosas como los medicamentos. Y en muchas ocasiones, incluso más efectivas para la vida futura.

 

Finalmente, sensibilizar sobre la supervivencia del cáncer de mama es reconocer que la vida, después del cáncer, puede ser distinta… pero sigue siendo vida. Que cada cicatriz cuenta una historia de lucha, y que cada día que pasa es un triunfo silencioso que merece ser celebrado con empatía y respeto.

 

En este mes, más allá del color rosa, recordemos que la verdadera conciencia surge cuando miramos a las sobrevivientes no como pacientes, sino como mujeres resilientes que nos enseñan el valor de seguir adelante, abrazando la adversidad.

 

Por el Dr. Jesús Arturo Martínez Torres.
Docente de la Escuela de Ciencias de la Salud

 

Acerca del Dr. Jesús Martínez
Ginecólogo y Biólogo de la Reproducción.

Es profesor universitario y especialista en ginecología avanzada, cirugía de mínima invasión, fertilidad y salud reproductiva. Director médico de Gynefem ginecología, clínica enfocada en la atención integral de la mujer, donde se combina tecnología de vanguardia con un enfoque humano y empático. Comprometido con la educación médica y la sensibilización sobre temas de salud femenina, promoviendo detección temprana, atención digna y la calidad de vida en cada etapa de la mujer.