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Chocolate, tequila y pasión

Chocolate y tequila

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues les cuento: el buen tequila se debe de acompañar con un alimento que no afecte su sabor (que le costó a el Agave Azul y sus productores más de 13 años obtenerlo); el chocolate de cacao puro es uno de los alimentos que mejor se lleva con él tequila y la pasión del Jimador por hacer bien su trabajo, es un ingrediente muy importante para lograr obtener una bebida que es por excelencia de las mejores del mundo.

La pasión que se tiene por hacer las cosas es esencial para que los seres humanos nos desempeñemos y desarrollemos de una manera ejemplar. Hace unas décadas hacíamos precisamente lo contario, las empresas buscaban a los más capacitados, a los que tuvieran más conocimientos. Las mejores posiciones eran para aquellos que tenían el mejor perfil: hablar dos idiomas, tener una maestría o doctorado, los años de experiencia eran indispensables. Además, era necesario de mostrar habilidades y destrezas como el liderazgo, la iniciativa y la facilidad para comunicarse. En ocasiones resultaba un acierto contratar a este tipo de personas, pero la mayoría de las veces los resultados eran medianos, pues terminaban siendo poco productivos y denotaban poco gusto por lo que hacían.

La pasión que se tiene por hacer las cosas es esencial para que los seres humanos nos desempeñemos y desarrollemos de una manera ejemplar.

¿Por qué?

Les faltaba la pasión.

Las empresas evolucionaron su forma de buscar talento y pasaron a la “era de las competencias” que no es otra cosa que buscar personas con el talento suficiente para aplicarlo en su trabajo. De esta manera no les pesara hacerlo. Al contrario: lo verán como algo divertido, interesante y les será más felices por desempeñarlo. Los resultados serán excelentes: alta productividad, velocidad de respuesta a los que los clientes esperan, trabajo en equipo y una pasión que se reflejará en productos y servicios hechos con amor.

El perfil cambio un poco y al anterior se le adicionaron la innovación, la creatividad, el uso de la tecnología y el aderezo principal: el talento puesto en acción en lo que se hace. En dos palabras: capital humano. Esta es la evolución que las generaciones de hoy realmente esperan de las empresas. ¿Gustas un tequila con un buen chocolate?

¡Salud!