Nuestros alumnos ganan primer lugar nacional en la Gran Batalla Culinaria
El talento, la técnica y el trabajo en equipo llevaron a los estudiantes de Le Cordon Bleu Anáhuac Querétaro a conquistar el primer lugar nacional en La Gran Batalla Culinaria 2025, competencia organizada por la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC). Este premio, representa un logro histórico para la institución al llevarse la prestigiada copa durante esta primera edición.
El equipo estuvo integrado por Mariel Medina, alumna de octavo semestre, Carolina Rodríguez e Iván Amador Hernández, ambos de séptimo semestre de la Licenciatura en Gastronomía. Bajo la guía de los chefs Aldo Feregrino y Miguel Ángel Quezada, el grupo trabajó durante meses en una preparación rigurosa que combinó técnica culinaria, creatividad y disciplina.
El camino comenzó con la fase estatal, celebrada en mayo de 2025, donde los estudiantes se enfrentaron a siete escuelas de Querétaro. Su platillo Aquarelle du Jardin, una fusión de técnicas francesas con inspiración en los jardines europeos, les dio el pase a la etapa nacional.
“Fue todo un reto llegar al plato final”, recordó Mariel Medina, “porque en cada práctica agregábamos y quitábamos elementos hasta encontrar el equilibrio perfecto. Cuando logramos esa armonía de sabores y presentación, supimos que ese era el platillo con el que queríamos competir.”
EXPERIENCIA NACIONAL
En la competencia nacional, los equipos de diez estados, entre ellos Baja California, Puebla, Jalisco, Michoacán y Yucatán, se enfrentaron en tres rondas con tres diferentes desafíos: secretos de la cocina mexicana, batalla internacional e ingrediente secreto.
El primer platillo presentado por el equipo de la Anáhuac Querétaro llevó por nombre “Fuego y Ceniza”, después vino “Essenza”, y el último desafío consistió en crear un platillo sorpresa con costillas de cerdo Black Ribs, en el que pusieron a prueba toda su técnica y creatividad.
Carolina Rodríguez recordó que, antes de la competencia, reforzaron sus técnicas para estar listos ante cualquier reto:
"Estuvimos practicando con canastas sorpresa y ejercicios de improvisación. Cuando llegó el momento real, todo fluyó de manera natural. No hubo estrés, solo disfrute”.
PLATILLOS CON ALMA E HISTORIA
Para el chef Aldo Feregrino, la victoria fue el resultado de un proceso sólido de trabajo conjunto entre mentores y alumnos:
“Escogimos cuidadosamente a los estudiantes, porque veíamos en ellos disciplina, talento y disposición. Durante siete meses se comprometieron al cien por ciento, venían a practicar tres o cuatro veces por semana, y cada sesión era más exigente que la anterior”
El chef también destacó la importancia de la actitud y la pasión en el proceso: “No fue solo cocinar bien; fue entender que cada plato debía tener alma. Les enseñamos a disfrutar, a divertirse y a confiar en sí mismos. Al final, ese fue nuestro mantra: ir a divertirnos y disfrutar el momento”.
El chef Miguel Ángel Quezada subrayó que el éxito se construyó desde la empatía y la comunicación: “Antes de diseñar cualquier platillo, lo primero era entendernos como personas, porque la cocina no se impone; se siente. Si los alumnos no conectan con lo que preparan, el resultado nunca será el mismo”.
El chef Quezada añadió que trabajaron en un esquema de organización rigurosa: cada integrante tenía un rol definido y conocía los tiempos exactos de cocción, utensilios y tareas. “Esa estructura fue fundamental para mantener la calma durante el concurso. Siempre les dije: cocinen con amor y busquen su propia satisfacción.”
INTUICIÓN DE GANADORES
El momento del anuncio fue inolvidable. “Yo sentí algo intuitivo, algo me decía que íbamos a ganar. Cuando escuché ‘Querétaro’, fue una confirmación de que todo el esfuerzo había valido la pena. Nos abrazamos y supimos que habíamos hecho historia para nuestra universidad”, compartió Carolina con especial emoción.
Para Mariel Medina, el logro representó más que un trofeo. “Me sentí agradecida con la escuela y con los chefs. Le Cordon Bleu nos brindó todas las herramientas, los insumos y, sobre todo, la confianza para crear. Este premio es resultado de una comunión entre maestros y alumnos”, expresó.
El chef Feregrino coincidió:
"Más allá del reconocimiento, lo que realmente importa es que los estudiantes comprendan que la disciplina y el esfuerzo sí se recompensan. Este logro inspira a toda la comunidad universitaria”.
Los tres alumnos aseguraron que la competencia marcó un antes y un después en su formación. Iván Hernández lo resumió con una reflexión: “Aprendimos que la técnica es importante, pero sin creatividad y corazón no se llega lejos. La cocina es disciplina, pero también emoción”, finalizó.

Maricarmen Hernández Rodríguez
Corrección de estilo: Diana Chong
