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El regreso de las chinampas

El regreso de las chinampas

Al sur de la Ciudad de México, en el famoso Lago de Xochimilco, se extienden grandes superficies de tierra cultivable que “flotan” sobre el agua. Se trata de un sistema de agricultura con varios siglos de antigüedad que sobrevive hasta nuestros días: las chinampas.

De origen náhuatl, la palabra chinampa hace alusión a un terreno flotante construido sobre el agua con varas entretejidas y cubierto con tierra, similar a una balsa, utilizado para cultivar flores y hortalizas.

Desde tiempos prehispánicos, las chinampas aztecas han permitido a los pobladores cultivar alimentos en espacios reducidos, sin la necesidad de depender de las lluvias y ganando terreno sobre cuerpos de agua. Gracias al sistema de chinampas México-Tenochtitlan se transformó en una gran ciudad flotante capaz de alimentar a más de cien mil habitantes.

 

Características de las chinampas

Las chinampas aztecas se construían con troncos, cañas y varas entretejidas en forma de armazón que se cubría con una mezcla de tierra y materiales biodegradables. Esta mezcla podía contener pasto, hojarasca, cáscaras vegetales e incluso lodo proveniente del fondo del lago, garantizando fertilidad para la agricultura en chinampas.

En la chinampa se sembraba un sauce que crecía sus raíces desde el agua hasta tierra firme. A partir de ese momento se podían empezar a sembrar los diferentes cultivos.

 

El regreso de las chinampas

 

Cultivo de chinampa en la actualidad

En el año 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoció la agricultura en chinampas de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial por su contribución como método de uso de tierras y paisajes.

La FAO celebró que desarrollo del sistema de chinampas se ha dado mediante la adaptación de las comunidades con su ambiente y sus necesidades específicas durante más de 9 siglos.

Las chinampas son la definición exacta de desarrollo sustentable, pues ayudan a contrarrestar daños ecológicos, recuperan la tierra y restauran el tejido social al producir mucho más que alimentos: son fuente de oxígeno, paisajes hermosos y lugares de abundante diversidad biológica vegetal y animal.

Las características de las chinampas permiten cosechar hasta tres veces por año, lo que ha llamado la atención de gastrónomos y entrepreneurs, ya que en la actualidad las chinampas aztecas abarcan más de dos mil hectáreas de tierra fértil al sur de la Ciudad de México en donde 12 mil empleados cultivan flores y hortalizas.

La calidad de los productos de chinampas ha ganado el interés de restaurantes gourmet e incluso mezcalerías, que han incorporado cosechas chinamperas en sus platillos. La chinampa es el medio ideal para la cosecha de kale, lechuga, espinaca, quelite o ayocote.

Alimentarse con el menú del día que puede ofrecer una chinampa nos acerca hacia una alimentación sustentable basada de productos locales, con la garantía de una tradición de varios siglos.