Ética de la comunicación

En una realidad en la que los medios de comunicación resaltan algunos hechos, pero ocultan otros, la Ética de la comunicación toma fuerza del compromiso de buscar la verdad y el bien para defender la dignidad infinita de la persona humana; tal objetivo se vuelve alcanzable si el profesionista de la comunicación analiza los procesos de los medios y se vuelve consciente del nivel de impacto que un mensaje puede producir.

El doctor Rogelio del Prado, investigador de la Facultad de Comunicación, se ha interesado en temas como la realidad social, la comunicación y la política, los derechos de las audiencias, la verdad ética y la dignidad de la persona, dando lugar entre sus intereses al libro Ética de la comunicación, publicado por la editorial Gedisa y nuestra universidad, una obra que pone como centro de los medios de comunicación, al ser humano. 

Con el propósito de cuidar la dignidad humana a través de la comunicación, del Prado Flores se plantea dos cuestiones: ¿Qué es el bien? ¿Qué nos obliga a hacer el bien? De acuerdo a la primera pregunta, piensa que “el bien representa un nivel de justicia que sólo se alcanza a través de esfuerzo y de lucha; la virtud no se da de forma espontánea, requiere de perseverancia”, con esta idea busca que el ser humano alcance la prudencia aristotélica, reconozca su inteligencia y comprenda que es un ser más allá de lo inmediato, capaz de prever consecuencias de sus actos, entendiendo sobre todo que lo que beneficia a una persona puede perjudicar a otra. Asimismo, el investigador sostiene que estamos obligados a hacer el bien, puesto que somo capaces de comprender y conducirnos por medio de la razón, además porque como bien lo dijo Levinas, “el otro me interpela a la responsabilidad”.

Considerando las dos preguntas filosóficas planteadas y encaminadas hacia la comunicación, la obra de nuestro investigador, en sus diferentes capítulos consta de una revisión entre los ejes temáticos y nudos entre ciencia y tecnología, un recuento histórico de los diversos componentes que han formado al comunicador, principalmente en un sentido humanista, un juicio entre la verdad y la opinión, así como la revisión de la naturaleza del campo profesional del comunicólogo, la ética del entretenimiento, la deontología de la comunicación y un análisis de la interacción en plataformas digitales.

Resumen del libro:

Ética de la comunicación conecta la acción con el sentido de la vida. La condición existencial del comunicador está vinculada necesariamente a la generación de capital simbólico que sostiene la vida de la sociedad. No es un tratado exclusivo de normas deontológicas, sino una reflexión de por qué ser ético, en su expresión aristotélica de alcanzar en mayor medida aquello que uno aspira a ser. Frente a la ética líquida de una posmodernidad sujeta a las oportunidades de las circunstancias, Ética de la comunicación desarrolla los argumentos basándose en la convicción de la dignidad de las personas por encima de cualquier interés particular. Porque el núcleo de la existencia es la ética, el compromiso con sus valores, y una acción que priorice la verdad de estos valores. Todo lo cual culmina con el derecho y el deber de procurar una comunicación basada en la verdad y la justicia social.

Referencia del libro:

Del Prado, R. (2018). Ética de la comunicación. México: Gedisa, Universidad Anáhuac México.  https://www.elsotano.com/libro/etica-de-la-comunicacion_10538640