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Para entender la política exterior de México: La experiencia del pasado para planear el futuro

Autor/es Anáhuac
Jessica de-Alba-Ulloa
Año de publicación
2017
Journal o Editorial
AMEI y Universidad Autónoma de Baja California

Descripción 
Hoy día, no hay duda de que las relaciones internacionales afectan con gran intensidad la vida cotidiana de cualquier persona. Lo que ocurre en un rincón del planeta puede impactar de manera directa e inmediata los procesos sociales, económicos y políticos en otro lugar lejano. Por ello, es cada vez más importante entender la forma en que los Estados se insertan en la dinámica global. La vinculación de un país en el mundo se realiza a través de la política exterior. En este sentido, explicar la formulación y ejecución de la política exterior es una tarea básica para poder hacer propuestas que mejoren las condiciones sociales de cada país. Por otro lado, con mucha frecuencia y rapidez las personas se enteran, por los medios tradicionales de comunicación y más recientemente en las redes sociales, sobre lo que ocurre en el mundo. Esta posibilidad es gracias a la globalización y las intensas e interdependientes relaciones que hoy existen entre diversos países del mundo. Además, el acelerado intercambio de contactos entre países contempla no solamente vínculos económicos –financieros, comerciales y de inversión extranjera directa–, sino políticos, sociales, culturales y tecnológicos. En este contexto, la política exterior de cualquier país es hoy un instrumento de política pública imprescindible, ya que a través de la participación activa en el concierto mundial de naciones buscará obtener el máximo de beneficios para su población. Lo anterior significa que la política exterior se basa en intereses y principios que cada país establece desde su conformación como nación independiente. México no ha sido la excepción. De hecho, a lo largo de la historia de este país, esencialmente a partir de 1910, la política exterior ha respondido y sigue actuando en función de los intereses de la nación. Estos intereses se han acompañado de una serie de principios tradicionales que a través de los años han evolucionado, mientras que otros se han incorporado, según lo ha ido marcando el reloj y agenda internacionales, a saber: la no intervención en los asuntos internos de otros países, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica de las naciones y la solución pacífica de las controversias; y más tarde se agregarían la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la cooperación internacional para el desarrollo, la lucha por la paz y la seguridad internacionales y la promoción de los derechos humanos.