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Megamisiones, un parteaguas en la vida de un misionero

Testimonio en las Mega Misiones

 

La alumna Marisol Romo Guilliem compartió su testimonio como misionera en una comunidad mexiquense que le cambió la vida.

 

La alumna Marisol Romo Guilliem (2° semestre de la Licenciatura en Actuaría) compartió su testimonio como misionera en la comunidad de Villa Victoria en Toluca, Estado de México, durante la pasada Semana Santa en el marco del 25 aniversario de las Megamisiones.

Para nuestra estudiante esta experiencia ha sido una de las más fuertes y emocionantes que ha vivido. “La localidad que me tocó se llama San Pedro del Rincón y fue un pueblo maravilloso. Sin embargo, se nos presentó un reto durante estos días: la mitad de su población no creía en Jesús, así que ahí es donde radicó nuestra principal misión, es decir, en hacer que todo el mundo conociera a Dios como las misioneras y yo lo hemos experimentado”.

A lo largo de la semana, realizó con los voluntarios una serie de actividades en las que además se dio la oportunidad de conversar con las personas y “experimentar las maravillas de Dios, sintiéndolo con nosotras”. El equipo Marisol Romo estaba conformado por 11 misioneras y Jesús, “realmente puedo decirles que Él caminaba a nuestro lado”, aseveró.

El objetivo principal de estas Misiones es hacer que el mundo conozca a Dios y se enamore de Él. “Buscamos compartir sus maravillas y todo el amor que nos ha dado. Somos amados por el más grande y eso es lo que queremos gritar a los cuatro vientos”, señaló la estudiante y recordó que tal como dice la canción "Cristo no tiene manos y pide las tuyas; Cristo no tiene voz que cante su canción; Cristo no tiene pies para caminar el mundo y pide colaboración, es que somos llamados para ser herramientas de fe y ayudarle a que se acerquen a Él y vean las maravillas que puede lograr. Créanme, cuando dejas todo en manos de Dios, logras ver las manos de Dios en todo”.

Las Megamisiones son un parteaguas en la vida de un misionero. Hay una Marisol antes y después, hay una alumna misionera renovada y con otra visión de las cosas. “Es una experiencia que todos deberíamos vivir al menos una vez en nuestras vidas. Una vez que vas de Misiones no puedes parar; regresas tan lleno, tan completo, tan amado, que quieres compartirlo con todo el mundo y volver el siguiente año”, compartió.

Finalmente, la estudiante de Actuaría invitó a todos a conocer a Dios y enamorarse de su grandeza, “acérquense y déjense amar por Él, les prometo que no se arrepentirán; todo es mejor a Su lado”.


Más información:

Facultad de Ciencias Actuariales

Mayita Couttolenc

maria.couttolenc@anahuac.mx