La seguridad ciudadana es una evolución del concepto de seguridad pública que se orienta a preservar la vida y proteger la integridad física y material de las personas, asegurando el goce y el ejercicio de sus derechos humanos; mientras que la perspectiva de género, propone una nueva construcción de ciudadanía que proporcione visión y responda a las necesidades de personas con problemáticas particulares.