Cuando los empresarios o emprendedores se proponen abrir un nuevo negocio, el primer obstáculo a vencer es encontrar financiamiento. ¿Con qué dinero se pondrá a funcionar el negocio? ¿Se invertirá dinero propio o se pedirá un préstamo? ¿Se buscarán socios e inversionistas?
Hasta hace un par de años, para sacar adelante un proyecto las opciones eran claras: invertir tu propio dinero y endeudarte, pedir un fondo gubernamental, acercarte a capitales semilla o inversionistas, solicitar un crédito bancario o pedir ayuda a familiares y amigos (conocido como Friends, Family and Fools o FFF).
Como consecuencia de la expansión de los modelos digitales y de la crisis financiera mundial de 2008 que provocó la pérdida de credibilidad de los sistemas financieros y la disminución de los créditos disponibles para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyME), la industria financiera se diversificó.
¿Conoces el crowdfunding?
El crowdfunding es un modelo de financiamiento colectivo que se beneficia de las plataformas electrónicas y el internet para que cualquier persona en cualquier lugar del mundo pueda contribuir con pequeñas o grandes aportaciones con el fin de materializar distintos proyectos.
Este modelo contribuye a reducir la desigualdad de oportunidad entre las MiPyMEs e impulsa la innovación y la creación de empleos. Además, los emprendedores encuentran en él una manera eficaz, rápida y flexible de encontrar capital sin tener que pasar por los procesos burocráticos tradicionales.
¿Cómo funciona el crowdfunding?
¿Tienes un proyecto y un plan de negocios, pero te hace falta dinero para echarlo a andar? El primer paso es buscar la plataforma de crowdfunding que más se adapte a tus necesidades. En México existen varias opciones, algunas de ellas son: Donadora, Afluenta, Cumplo, Doopla, Prestadero, Yo te presto, Red Girasol y Fondify.
Cada plataforma ofrece modelos distintos de financiamientos colectivos, ya sea por:
- Donación. Los donantes aportan impulsados por una motivación social o personal y no esperan un beneficio a cambio.
- Recompensa. Los patrocinadores reciben una recompensa, ya sea un producto o servicio.
- Capital. Los inversionistas aportan capital a cambio de un porcentaje de las acciones.
- Deuda. Se busca la devolución del monto prestado más intereses; una forma de préstamo que no requiere de un intermediario financiero.
Una vez que hayas elegido el modelo y la plataforma, debes transformar tu plan de negocios a un formato simple y atractivo que atraiga la atención de los patrocinadores. Con la ayuda de audiovisuales debes especificar el por qué, cómo y cuándo estarás desarrollando el proyecto y cuánto dinero necesitas.
Una vez subido el material a la plataforma, tendrás un tiempo determinado en el cual se deberás reunir los fondos necesarios. Durante este periodo, cualquier persona puede aportar la cantidad que decida. La esencia del modelo es recibir montos pequeños de una multitud de personas.
Crowdfunding en México
Desde 2012, las plataformas de financiamiento colectivo operan en el país bajo la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (AFICO), la cual autorregula y establece el código de prácticas de este modelo. Y el panorama es bastante alentador.
Según datos del Banco de México, en 2015 se recaudaron 145 mil millones de dólares a través del crowdfunding. Para 2017 aproximadamente 8,000 empresas lograron financiar sus proyectos con la ayuda de 80 mil personas. El Reporte Nacional de Inclusión Financiera de 2017, reportó que este modelo tuvo un incremento de recaudación de 280 % respecto a 2015.
Debido al crecimiento de este modelo, en 2018 México se convirtió en el primer país de Latinoamérica en publicar una Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, la llamada “Ley Fintech”, legislación que ha consagrado la permanencia de estas plataformas.
Como emprendedor es necesario familiarizarte con los nuevos modelos de financiamiento que tienes a tu disposición. Conoce más sobre la Ley Fintech y cómo esta puede beneficiarte: www.anahuac.mx/generacion-anahuac/que-es-y-que-implica-la-ley-fintech
