La importancia de permitirse sentir y aceptar las emociones

Liderazgo Anáhuac en Humanismo
Presentamos un texto que nos invita a observar nuestras emociones y sentimientos, que quizá nos están indicando que debemos tomar una decisión o realizar alguna acción, un cambio, o que simplemente debemos permitirnos sentir.
El 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Alegría, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de las emociones en nuestra vida y que nos recuerda que reconocerlas, aceptarlas y expresarlas de manera saludable es fundamental para nuestro bienestar.
Las emociones como la alegría, el enojo, la tristeza y el miedo se reflejan en el cuerpo, son la herramienta biológica que tenemos para adaptarnos. Nos indican si algo anda bien o anda mal. Por ejemplo, el miedo nos sirve como sistema de alarma, la alegría nos permite cargarnos de energía, la tristeza es un sistema de purificación donde el llanto funciona como válvula de escape, el enojo permite poner límites y defender la vida, mientras que el afecto nos capacita para sentir, disfrutar y amar.
Los sentimientos son la interpretación que hacemos de nuestras emociones y nos pueden dar la clave para conocernos mejor y saber cuáles son nuestros deseos, necesidades y ambiciones. También nos ayudan a descubrirnos y a reconocer lo que realmente estamos pensando, por eso es que no debemos ignorarlos, porque el lado obscuro de las emociones, cuando no las sabemos detectar y controlar a tiempo, es cuando nos pueden llevar a padecer consecuencias que no son sanas.
Así, vemos que el dolor y la tristeza pueden durar un periodo más largo y abarcar toda nuestra experiencia emocional; el miedo puede paralizarnos y provocar que no hagamos lo que queremos o necesitamos hacer; la ira puede llevarnos a cometer actos violentos; el enojo puede convertirse en amargura y resentimiento, y la tristeza puede llegar a rebasarnos y convertirse en depresión.
No reconocer la emoción provoca que nos salgamos de control y reaccionemos de una manera primitiva. Nuestros sentimientos no expresados adecuadamente pueden llevarnos a un sufrimiento personal y familiar.
Las emociones nos hablan de lo que está pasando en nuestro interior y no podemos controlar. En ocasiones nos puede parecer mejor no sentirlas o ignorarlas, o hasta puede ser que tratemos de hacer desaparecer alguna emoción. Pero si no las atendemos nos empiezan a afectar, nos conducen a problemáticas no deseadas como las adicciones, problemas con la alimentación, alteraciones del sueño y otros tipos de enfermedades físicas y mentales.
Hay que detenernos a observar nuestras emociones y sentimientos, que quizá nos están indicando que debemos tomar una decisión o realizar alguna acción, un cambio, o que simplemente debemos permitirnos sentir. El reconocer la emoción que nos provoca algún hecho es la única manera de procesarla y dirigirla de manera positiva para seguir avanzando.
Cuando se presenta la emoción me doy permiso de reconocerla sin juzgarme, porque yo no la causé. Así, al reconocerla, sí que puedo tener el control de mis reacciones. Al sentirme liberado, porque ya soy dueño de mis reacciones, voy encontrando respuestas y caminos para crecer, sin verme limitado por mis emociones.
Asumir la responsabilidad de nuestro yo emocional es aprender a manejar los sentimientos derivados de las emociones. El único que puede saber realmente lo que está sintiendo, lo que le alegra, le molesta o le afecta es uno mismo.
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Verónica Hanhausen Mariscal
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Clínica de Atención Psicológica Anáhuac-Cenyeliztli