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Siria 2015: de la crisis humanitaria a una solución humana.



Manuel Ferez.Profesor de Medio Oriente y Cáucaso.Universidad Anáhuac del Sur."Hasta ahora los hombres se han dedicado a transformar el mundo, de lo que se trata a partir de ahora es de que se hagan cargo de él."La implosión total de Siria tuvo su chispa en la represión brutal del gobierno de manifestaciones de descontento social originadas por décadas de abusos en materia de derechos humanos y una ausencia de democracia y participación política.La situación se complicó rápidamente porque muchas tensiones, proyectos regionales e intereses internacionales se deciden en ese pequeño país. La crisis motivó la intervención (directa e indirecta) tanto de potencias regionales (Turquía, Irán e incluso Israel) como de Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y las Naciones Unidas. Esto no sorprende pues cualquier análisis histórico demuestra la centralidad de Siria en el Medio Oriente contemporáneo.El conflicto pronto mutaría de una serie de protestas sociales y políticas contra el gobierno de Bashar Al-Assad a un enfrentamiento interétnico e interreligioso profundo y desgastante. Las históricas fracturas internas, la irreconciliable separación política e ideológica de la oposición y el apoyo incondicional que el gobierno sirio recibe de Irán y Rusia, sumado a la confusión y cobardía de la administración Obama y la crisis de liderazgo europeo han tenido como resultado un escenario en el cual la única certidumbre es el fin del Estado sirio.Ante este escenario millones de seres humanos buscaron escapar a su mortal destino hacia países más seguros. En el horizonte de estas personas la tierra prometida era indudablemente Europa, paraíso imaginado en el cual serían libres lejos de la violencia desalmada que azota no solo a Siria sino a todo Medio Oriente.No sólo es la proximidad geográfica de Europa lo que la hace el destino preferido para los sirios,  también la existencia de comunidades árabes en general y sirias en particular en algunos países europeos que facilitan su integración y adaptación. Hay que recalcar que si bien la gran mayoría busca en Europa su salvación  han habido pequeños grupos que han llegado a otros países incluyendo México aunque nuestro gobierno mantenga una posición ambigua y fría (por no decir vergonzosa e hipócrita) ante esta desgracia.Bauman afirma que "quien se convierte en refugiado lo es ya para siempre. Los caminos de regreso al hogar-paraíso perdido han quedado cortados casi por completo". Esta gente que se arriesga a morir de sed, hambre o ahogada ha perdido todo lo que da sentido a la existencia: familias,  casas  e incluso  identidades, carecen de puntos de referencia existenciales convirtiéndose en "residuos humanos".El discurso político y gubernamental dominante nos alerta (asusta) sobre el "peligro" que estas personas representan para nuestra "seguridad personal y nacional" logrando de manera perversa ligar en el imaginario colectivo los conceptos de refugiado con los de terrorista y amenaza, esto permite que cedamos a cualquier medida de "control" que se les decida aplicar y así aquellos que nos gobiernan abusan, aíslan, encierran y eliminan a estos sub individuos que a lo mucho nos merecerán alguna indignación pasajera.En un mundo globalizado en el cual las distancias físicas se han relativizado y permiten el comercio mundial y el intercambio cultural constante es absurdo seguir pensando que la solución a los desafíos contemporáneos pase por el Estado Nación. En el cambio de paradigma sobre la responsabilidad mundial, la sociedad civil, compuesta por individuos solidarios, jugará un rol decisivo siempre y cuando no sólo la distancia física se reduzca sino también la distancia espiritual con aquellos que sufren, vivan en nuestra colonia o a miles de kilómetros. 


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