Nos comunicamos en el presente con reminiscencias del pasado, un hecho que se enmarca dado que nuestros sentidos registran olores que se extinguen, sonidos que decaen, imágenes que se olvidan y texturas que se achatan.
Por tanto, el impulso humano es superar el olvido. Para así nombrar a alguien. Hacer una historia colectiva del entorno. O simplemente registrar ese momento festivo.