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Cepillo de dientes: te contamos su historia y de qué están hechos



Cepillo de dientes: te contamos su historia y de qué están hechos

No importa el cepillo de dientes que utilices, siempre y cuando que los ocupes después de cada comida para evitar que se formen caries.

El número 23 de la revista +Ciencia de la Facultad de Ingeniería nos trae un interesante artículo sobre ¿qué es la manufactura? Y de cómo se fabrican diversos objetos que utilizas todos los días, como lo es el caso del cepillo de dientes.

 

Adéntrate en el maravilloso mundo de la manufactura,

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Cepillo de dientes

 

 

¿Te lavarías la boca con un cepillo de dientes con cerdas de pelo de animal?


Probablemente tu respuesta sea no, y únicamente pensarlo te produce verdadero asco, pero nuestros antecesores no tenían otra opción. En 1498 un emperador chino mandó realizar un cepillo confeccionado con pelo de puerco salvaje y hueso.

 

Para las cerdas se utilizó el pelaje de puercos o jabalíes de clima frío, ya que este tenía mayor dureza, se juntaba y se cosía a pequeños huesos que servían como mango. Este cepillo se empezó a distribuirse en el continente europeo, sin embargo, no tuvo mucha popularidad porque las cerdas eran muy duras y llegaban a lastimar las encías.

 

Los europeos comenzaron a usar el pelo de caballo, pues este no era tan agresivo para la higiene bucal. Los cepillos representaban un producto caro al alcance de pocos, además tenían poca durabilidad debido a que las cerdas se desprendían con facilidad y quedaban dentro de la boca del usuario. Otro aspecto desfavorable era que el pelaje utilizado, un elemento bastante poroso y con mucha humedad, favorecía el tener un alto cultivo bacteriológico.

 

Los árabes, en cambio, utilizaban pequeñas ramas del arbusto Salvadora pérsica, también conocido como árbol de Arak, que al masticarlas por un tiempo se iban deshilando y así las podían utilizar para tallarse los dientes. Un beneficio extra de este árbol es que su madera incluye un alto contenido de flúor, elemento que ayuda a la higiene bucal.

 

Aunque no lo creas esta costumbre prevalece, ya que para estas culturas es recomendable realizar un lavado bucal con este cepillo, conocido como Miswak, antes de realizar sus rezos.

 

No es sino hasta el siglo XX que Wallace Hume Carothers inventa el nilón y le da un gran giro a la industria de la higiene bucal. En 1938 la compañía DuPont lanza el primer cepillo de dientes con cerdas de nilón, que es un material menos propenso al cultivo bacteriológico y amable con las encías. Sumado a esto, los costos disminuyeron notablemente, por lo que este cepillo estuvo al alcance de toda la población.

 

Años más tarde se inventa el cepillo eléctrico. En un principio se creó pensando en personas con habilidades motoras limitadas, pero con el paso del tiempo, en 1987, llega de manera masiva a todos los hogares.


A pesar de que el ser humano siempre se ha ocupado de tener una buena higiene bucal, el cepillo de dientes tal y como lo conocemos hoy no tiene ni 100 años.

 

De acuerdo con los especialistas en el tema, debes de cambiar tu cepillo cada tres meses, ya que después de ese lapso no tiene las características necesarias para realizar una buena limpieza. También es importante que lo cambies luego de alguna enfermedad, como gripa o dolor de garganta, porque las bacterias se quedan ahí y pueden reactivar la infección.

 

Recuerda que es muy importante cepillarte los dientes después de cada comida para evitar que se formen caries en tus dientes, así como visitar a tu dentista una vez al año.

Cepillo de dientes

 

Sabías que…

•    Un cepillo dental cuenta con aproximadamente 2,500 cerdas.
•    Una persona promedio pasa 92 días de su vida lavándose los dientes.
•    Tu cepillo puede tener hasta 10 millones de bacterias.

 

Actividad


¿Qué hacer con tu cepillo de dientes viejo?
Pintando con tu cepillo
Para poder utilizar tu cepillo de dientes viejo lo primero que tienes que hacer es esterilizarlo, esto lo logras introduciéndolo en una olla de agua hirviendo por tres minutos. No debes dejarlo por más tiempo, porque se corre el riesgo de que se derrita (este proceso lo debes de realizar con la ayuda de un adulto).


Material

• Cepillo de dientes viejo.
• Hoja blanca.
• Marcador color café.
• Pintura de agua color amarillo y anaranjado.
• Recipientes para la pintura (dos).
• Mantel de plástico.

 

Procedimiento

1. Colocar el mantel sobre la superficie en donde vas a trabajar.
2. Trazar un tronco con el marcador color café.
3. Vaciar pintura color amarillo en el recipiente, hacer lo mismo con el color anaranjado.
4. Introducir el cepillo en el recipiente con color anaranjado.
5. Colocar el cepillo a una distancia aproximada de 3 cm de la hoja blanca.
6. Pasar el dedo índice sobre las cerdas provocando que estas salpiquen la pintura sobre la hoja.
7. Repetir este procedimiento con el amarillo.

Obtendrás un efecto divertido que no podrás lograr con los pinceles.
Nota: también puedes colocar cualquier objeto sobre la hoja blanca y realizar el mismo procedimiento; al terminar retira el objeto y quedará marcada la silueta. Puedes utilizar tantos colores como desees.


Para más artículos interesantes como este, te invitamos a consultar +Ciencia, la revista cuatrimestral de la Facultad de Ingeniería, que en cada número tiene contenido relevante de sus alumnos e investigadores. Da clic aquí para conocer todas las ediciones.


*Artículo incluido en el número 23 de +CIENCIA. Revista de la Facultad de Ingeniería.

Más información:
+Ciencia. Revista de la Facultad de Ingeniería
Dra. María Elena Sánchez Vergara
elena.sanchez@anahuac.mx