Los “antimonumentos” en México: Patrimonio cultural como rescate de la memoria social

Compartimos un texto de la doctora Aida Carvajal García sobre el origen de los denominados “antimonumentos”, que buscan demandar justicia por hechos no resueltos judicialmente y rendir homenaje a las víctimas.

La doctora Aida Carvajal García, profesora de la Facultad de Diseño e investigadora del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel Candidato, nos comparte el arte de la lucha contra la impunidad y el olvido en nuestro país. 

México, reconocido por su vasto patrimonio arqueológico y cultural, se enfrenta actualmente a graves problemas sociales que han captado la atención pública y mediática.  Por tal razón, han surgido colectivos y organizaciones civiles que utilizan el arte para luchar contra la impunidad y el olvido, generando un patrimonio cultural y social llamado “antimonumentos”. Estas instalaciones de gran formato, ubicadas en lugares transitados, buscan demandar justicia por hechos no resueltos judicialmente y rendir homenaje a las víctimas y al dolor de los familiares.

Uno de los antimonumentos más emblemáticos es el “+43” erigido en 2015 en el Paseo de la Reforma para exigir justicia por la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa. Los hechos ocurrieron en 2014 en Iguala, Guerrero, y aún no se ha esclarecido el paradero de los jóvenes. A través de esta escultura, se mantiene viva la memoria de los estudiantes y se demanda la verdad y la justicia en un caso que ha sido catalogado como un “crimen de Estado”.

Otro antimonumento relevante es “Rescatemos a David y Miguel”, instalado en 2018 en memoria de dos jóvenes secuestrados en 2012. A pesar de que la familia pagó el rescate exigido, los jóvenes nunca fueron liberados y su caso sigue sin resolverse. Esta intervención artística busca mantener viva la memoria de los desaparecidos y exigir justicia en un país donde el secuestro es una problemática frecuente y poco visibilizada.

La lucha contra la violencia de género también ha encontrado expresión en los antimonumentos, como es el caso de “La Antimonumenta”. Este monumento, erigido durante la marcha del 8 de marzo de 2019, denuncia los feminicidios y la violencia de género en México. Con la forma del símbolo de Venus y mensajes de exigencia y protesta, la instalación busca visibilizar la situación de vulnerabilidad de las mujeres y demandar acciones concretas para prevenir los feminicidios.

En resumen, el caso Ayotzinapa y la creación de antimonumentos en México son manifestaciones de la lucha por la memoria y la justicia en el país. La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014 expuso graves fallas en el sistema de justicia y evidenció la problemática de la violencia y la impunidad en México. Los “antimonumentos” son espacios de memoria, a través de su diseño y ubicación, que buscan generar conciencia y mantener viva la demanda de verdad y justicia. Además, representan una forma de resistencia y protesta ciudadana ante los acontecimientos trágicos que han marcado al país.