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Nuestro Rector encabeza la Plática de Cuaresma



Nuestro Rector encabeza la Plática de Cuaresma


El pasado 25 de febrero en la Capilla Universitaria, se llevó a cabo la Plática de Cuaresma impartida por el Rector de nuestra Universidad, el P. Cipriano Sánchez García, L.C., quien ante la presencia de más de 200 personas entre egresados, alumnos y administrativos, reconoció que esta Cuaresma es la del Jubileo de la misericordia, momento para revisar nuestra relación con los demás de cara a la realización de cada uno.

El P. Sánchez García recordó que el periodo entre Cuaresma y la Semana Santa, que abarca más de 50 días, se inicia con un signo de muerte que es la ceniza y termina con signo vivo que termina con el domingo de ramos, y consideró que “debería ser un tiempo muy válido para revisar nuestra relación con los demás de cara a la vida espiritual personal”.

Durante la plática, se estableció que la Cuaresma debe ser una magnífica ocasión para volver al Señor y descubrir el sentido de la propia vida, sabiendo que ello significa “sentirse necesitados de un perdón que sólo Dios puede dar”.

Nuestro Rector dejó claro que no podemos tener una buena relación con Dios si no tenemos una buena relación con los demás, y agregó que la Cuaresma es “una magnífica ocasión para volver a Dios sabiendo que tenemos que experimentar la misericordia”.

Tras recodar la visita del Papa Francisco a nuestro país bajo el discurso de que en la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama, el P. Cipriano pidió no quedarnos con una misericordia a nivel humano puesto que “las misericordias humanas están muchas veces teñidas de impurezas. La misericordia sólo se entiende si somos capaces de mirarnos en el espejo que es el amor de Dios”.

Explicó que la misericordia no es una teoría bonita para sentirnos bien sino una experiencia que debe transmitirse a los demás, haciéndose uno mismo signo de lo experimentado, como un estilo de vida que se hace referencia del actuar, es decir, la práctica concreta que hace nuestro modo natural de reaccionar ante las huellas que diversos tipos de mal generan a nuestro alrededor en lo material y en lo espiritual como dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.

Finalmente, aclaró que “la misericordia contemplada, experimentada y transmitida es la gran tarea de esta Cuaresma, que nos invita a construir la casa de nuestro corazón al estilo del corazón de Dios, y que nos invita a construir la casa del corazón de nuestros hermanos, ayudándoles a pasar del miedo al amor, de la oscuridad a la luz, de la tristeza a la alegría”.


Más información:
Coordinación de Centro Misión
Mtra. María Rebeca Tallabs Rubio
rebeca.tallabs@anahuac.mx