Pasar al contenido principal

Seguridad energética, ¿un desafío para México?



Seguridad energética, ¿un desafío para México?

La energía es el motor de toda actividad económica y social, por lo que cualquier transformación en este sector tiene implicaciones profundas y transversales en todos los ámbitos del desarrollo nacional.

En un contexto global marcado por la crisis climática, la inestabilidad geopolítica y la volatilidad de los mercados energéticos, la seguridad energética (SE) ha adquirido una renovada relevancia. Para México, país históricamente vinculado a los recursos fósiles, este desafío representa una oportunidad crítica para redefinir su estrategia energética bajo un enfoque de sustentabilidad, resiliencia y soberanía.

Por una parte, la urgencia por reducir las emisiones de CO₂ y mitigar los efectos del cambio climático coincide con la necesidad de garantizar un suministro energético confiable, accesible y ambientalmente responsable. La energía es el motor de toda actividad económica y social, por lo que cualquier transformación en este sector tiene implicaciones profundas y transversales en todos los ámbitos del desarrollo nacional.

En este sentido, la transición energética (TE) no puede concebirse como un proceso meramente técnico de sustitución de fuentes fósiles por renovables, sino como un fenómeno estructural que exige una lectura integral desde la perspectiva de la SE. Es indispensable que la política energética de la nueva administración incorpore un monitoreo sistemático de la seguridad energética sustentable como herramienta analítica para navegar las complejidades del escenario actual y futuro.

Históricamente, el concepto de SE surgió en la década de 1970, en respuesta a las crisis del petróleo y la creación de la Agencia Internacional de Energía (IEA). Inicialmente centrado en la garantía del suministro de hidrocarburos a precios razonables, el concepto ha evolucionado hacia un enfoque multidimensional que incorpora variables ambientales, sociales, económicas y tecnológicas. Hoy en día, la SE es entendida como la capacidad de un país para asegurar energía suficiente, asequible, limpia y confiable, con atención especial a su impacto ambiental y a la equidad en el acceso.

El cambio climático ha sido uno de los principales catalizadores de esta transformación conceptual. La inclusión de objetivos ambientales en los marcos de seguridad energética refleja la presión global por descarbonizar las economías, conforme a acuerdos como el Protocolo de Kioto y los compromisos del IPCC. Así, la seguridad energética sustentable se posiciona como el punto de convergencia entre la transición energética y las políticas de mitigación del cambio climático.

Evaluar la SE en este contexto requiere considerar múltiples dimensiones, como la sustentabilidad, la resiliencia ante crisis externas, la pobreza energética, la innovación tecnológica, la gobernanza y la soberanía energética. Estas variables deben ser interpretadas de manera específica para cada país, reconociendo sus condiciones económicas, su matriz energética y sus capacidades institucionales.

De esta manera, el concepto sobre SE se vuelve central para plantear una política energética teniendo una consideración una visión industrial de largo plazo, donde la transición hacia energías renovables no convencionales esté acompañada de una profunda transformación en el aparato productivo. No basta con aumentar la proporción de renovables en la matriz energética, es necesario modificar las estructuras económicas que dependen del modelo fósil y fomentar la innovación, la eficiencia y la inclusión energética. 

En este sentido, la seguridad energética sustentable debería ser el eje rector de esta transformación. Su enfoque integrador permite vincular la energía con las metas de desarrollo, equidad social y sostenibilidad ambiental, convirtiéndose en un instrumento estratégico para anticipar riesgos, gestionar tensiones y asegurar un futuro energético justo y resiliente para México.

Referencias: 

  • El contenido, el desarrollo y resultados de esta investigación han sido auspiciados por el proyecto A1-S-21479_OTI_2025_0755, de la convocatoria de Ciencia Básica CB-2017-2018 CONAHCYT


*Colaboración de la Dra. Isabel Rodríguez Peña, integrante de la Facultad de Economía y Negocios y miembro del Comité de Energía de la Universidad Anáhuac México.

Más información:
Más información:
Mtra. Yazmín Aguirre Macías
yazmin.aguirre@anahuac.mx
Dra. Rebeca Illiana Arévalo Martínez 
rebeca.arevalo@anahuac.mx
Dirección de Investigación