El éxito académico no depende exclusivamente de la inteligencia o la capacidad innata de una persona. De hecho, factores como la organización, la disciplina y el uso de técnicas de estudio adecuadas pueden marcar una gran diferencia en el desempeño de los estudiantes.
Las técnicas de estudio son herramientas que potencian el rendimiento académico al optimizar la manera en que se procesa, comprende y retiene la información. Aplicarlas de forma efectiva no solo mejora la calidad del aprendizaje, sino que también permite aprovechar mejor el tiempo de estudio, reduciendo el estrés y aumentando la motivación.
¿Sabías que resaltar y releer se consideran técnicas de estudio ineficaces? Aunque muchas personas recurren a estas estrategias, estudios han demostrado que tienen un impacto limitado en la retención de información. En su lugar, es recomendable adoptar métodos de estudio activos que realmente impulsen el aprendizaje.
Aquí descubrirás cinco estrategias que te ayudarán a mejorar tu rendimiento, aprovechar mejor tu tiempo y aprender de forma más efectiva. ¿Listo para transformar tu manera de estudiar?
1. Crea un ambiente de estudio ideal
El lugar donde estudias influye más de lo que crees. ¿Intentas concentrarte en la cama o con la televisión de fondo? Error. Para estudiar bien, necesitas un espacio específico que te ayude a mantenerte enfocado.
- Buena iluminación para evitar la fatiga visual.
- Un lugar tranquilo, libre de ruidos y elementos que puedan interrumpir la concentración.
- Un escritorio ordenado, con los materiales necesarios al alcance.
- Comodidad, sin llegar a ser demasiado relajante (como estudiar en la cama, lo que puede reducir la concentración).
Establecer un lugar fijo para estudiar ayudará a tu cerebro a asociar ese espacio con el aprendizaje, facilitando la concentración y la retención de información.
2. Establece un horario de estudio
La planificación es clave para una buena gestión del tiempo. Dividir las sesiones de estudio en bloques y asignar periodos específicos para cada materia permite mejorar la organización y evitar la procrastinación.
- El método Pomodoro, que consiste en estudiar en intervalos de 25 minutos con pausas de 5 minutos, es una excelente opción para mantener la concentración.
- Evita las sesiones de estudio prolongadas, ya que pueden provocar agotamiento y disminuir la eficiencia.
- Incluye descansos cortos para mejorar la retención de información y evitar la fatiga mental.
3. Utiliza técnicas de estudio activo

El estudio activo implica participar activamente en el proceso de aprendizaje, en lugar de leer pasivamente un texto. Algunas técnicas efectivas son:
- Tomar notas a mano, lo que mejora la comprensión y la retención.
- Hacer resúmenes y esquemas para sintetizar la información.
- Usar mapas mentales para visualizar conceptos y establecer conexiones entre ideas.
- Explicar el tema en voz alta como si estuvieras enseñando a otra persona.
Cada estudiante tiene un estilo de aprendizaje diferente (visual, auditivo, kinestésico, entre otros). Es recomendable probar distintas técnicas y elegir las que mejor se adapten a las necesidades individuales.
4. Practica el estudio distribuido
El estudio distribuido consiste en espaciar el aprendizaje en el tiempo, en lugar de concentrarlo en una sola sesión intensiva. Esta estrategia ha demostrado ser más efectiva para la retención de información a largo plazo.
- Diferencias entre estudio intensivo y estudio distribuido: mientras que estudiar intensamente por muchas horas seguidas puede generar fatiga y olvido rápido, distribuir las sesiones de estudio ayuda a consolidar la información de manera más efectiva.
- Beneficios del estudio distribuido: mejora la memoria, reduce el estrés y permite revisar los temas varias veces antes de un examen.
5. Utiliza recursos digitales y tecnológicos
La tecnología ofrece una variedad de herramientas que facilitan el aprendizaje y la organización del estudio:
- Plataformas de aprendizaje en línea como Coursera o Khan Academy para reforzar conocimientos.
- Aplicaciones de organización como Notion o Trello para planificar tareas y horarios de estudio.
- Grupos de estudio virtuales en foros o redes sociales para intercambiar ideas y resolver dudas.
- Técnicas de gamificación, como aplicaciones que convierten el estudio en un juego (Duolingo, Anki, Quizlet).
El uso adecuado de estas herramientas permite optimizar el tiempo de estudio y hacerlo más dinámico y efectivo.
Las técnicas de estudio pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento académico y contribuir al bienestar general de los estudiantes. No se trata solo de estudiar más, sino de estudiar mejor.
En la Red de Universidades Anáhuac, no solo se fomenta la excelencia académica, sino también el desarrollo integral de los alumnos. Implementar estos métodos de estudio puede ayudarte a mejorar tu desempeño académico y a aprovechar al máximo tu etapa universitaria.
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