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Cuentan el oficio de editar, ilustrar e improvisar en el FIDE



Cuentan el oficio de editar, ilustrar e improvisar en el FIDE

En el segundo día del Foro Internacional de Diseño Editorial (FIDE) se exploró más sobre las formas en que los ilustradores lidian con la creatividad.


En el segundo día del Foro Internacional de Diseño Editorial (FIDE) se exploró más sobre las formas en que los ilustradores lidian con la creatividad.

El FIDE fue creado por la Universidad Anáhuac México en conjunto con la FIL Guadalajara, y consiste en mesas redondas, conferencias y talleres especializados dirigidos a diseñadores editoriales, diseñadores gráficos, editores, ilustradores y estudiantes con interés de aprender más sobre este ámbito.

“Una de las intenciones de este espacio es ofrecer su experiencia rompiendo esquemas y provocando a través del diseño, de diseños políticamente incorrectos”, explicó Rubén Padilla, coordinador general de profesionales en la FIL Guadalajara, en la primera charla del día.

 

Irreverencias gráficas y cómo provocar con el diseño

Valentina Silva, diseñadora chilena y autora de Abecedario etimológico, presentó la gráfica que se ha generado a partir del estallido social en Chile. “La frase: 'Evadir, no pagar, otra forma de luchar', se convirtió en himnos, carteles invisibles”, explicó la artista.

Mostró cómo la Plaza Italia en Santiago de Chile fue intervenida por distintos movimientos, respondiendo a los avances o retrocesos de la lucha que inició hace meses y que derivó en protesta por diversos abusos a los derechos humanos.

“No hay mucha autoría, es sumamente espontáneo. La poesía está en la calle, la creatividad está en la calle”, dijo la diseñadora.

Francisco Toquica, artista colombiano, mencionó que le gusta dar un nuevo significado a las publicaciones editoriales. Por ello, creó Caín Press, para publicar algo distinto, y comenzó a editar a mujeres que dibujaran. “La idea es que los libros tengan depósito, algo más, el alma”, explicó.

Mar Maremoto, diseñadora textil, ilustradora y cofundadora de Feminasty, pasó toda su infancia fuera de su casa o en el tráfico; para distraerla, su madre cargaba con crayones y papel.

Su estética se basa en la construcción de meme y las viñetas, así como los rótulos de la Ciudad de México. De ahí parte para ilustrar sobre feminismo y protestas sociales.

“Las generaciones más grandes se quejan de nuestro consumo de redes, pero me parece más importante que la gente consuma nuestro trabajo y conozca otros artistas y otras propuestas. Si es por Instagram o por meme, qué importa: la revolución será con memes”, señaló.

 

Ser multidisciplinario: desarrollar habilidades diversas

“No sé si esta cuestión de lo multidisciplinar es una necesidad íntima y profunda, y personal de cada autor, o si es la precariedad de trabajo, pero esta práctica contribuye como caja de trabajo en un mundo globalizado”, dijo Arrate Rodríguez, diseñadora española y moderadora de la charla.

Berta Páramo, ilustradora española, comento que “si solo haces una cosa, serás una línea recta. Si tienes muchas guías y tutores y construyes entramados, tendrás muchas intersecciones. Tu pensamiento será divergente y podrás tomar muchos caminos, y es ahí donde ocurre la magia”.

Gabriela Lyon, artista visual e ilustradora chilena, no siente que tenga una guía multidisciplinar; para ella es más parecida a cables desordenados, aciertos, errores y descubrimientos.

“En el arte plástico, uno trabaja desde uno, cumpliendo una función interpretativa. Pero en ilustración, va en servicio del otro. Y fue algo que me planteé hasta estudiar ilustración. Y necesitaba diseño gráfico para entenderlo mejor”, dijo.

“Estos tiempos piden que nos definamos qué técnica dominamos o qué tipo de artistas somos. La única certeza que tengo es que soy miserable”, declaró Mariana a Miserável, ilustradora portuguesa que se identifica también en este espacio de interdisciplinariedad.

“La expectativa y la realidad son diferentes en ilustración. Por eso, la respuesta es aprender cosas que jamás pensaste. El ilustrador tiene que hacer muchas cosas: dialogar, registrar, promover, contestar correos, hacer presupuestos, gestionar tu dinero y agenda”, agregó.

Aprender en otros lados que no son los académicos también es un apoyo. En talleres y workshops, compartiendo con colegas, y cometiendo errores.

 

Libros ilustrados que marcan vidas

Raquel Franco, directora de Pequeño Editor en Argentina, fue la moderadora de esta charla en la que editores de publicaciones infantiles compartieron tanto sus procesos creativos, como aquellas publicaciones que los marcaron.

Yara Kono, ilustradora de la editorial infantil y juvenil Planeta Tangerina, comenzó en 2004 su transitar en el mundo editorial. Desde entonces, está inmersa en cada parte del proceso de la creación de libros ilustrados.

Desde antes de ser materia, explicó la editora, un libro es una idea y no es lineal. Hay altos y bajos, y un mundo subterráneo de trazos, bosquejos y planes.

“Para nosotros, un libro es una especie de laboratorio para pensar, sacar ideas e innovar. Siempre hay un antes y un después”, dijo.

Su misión al editar libros ilustrados, abundó, es que las personas lean y relean y se queden con los detalles. Las imágenes dan para experimentar con otras formas de contar historias, y eso deriva en que los lectores tomen sus propios caminos.

“Quiero que cada quién haga su propia lectura y vea cosas que incluso yo nunca vi”.

Mónica Bergna, creadora de Alboroto ediciones, tuvo una iniciación en los libros peculiar: su padre la sentaba en sus piernas y le leía en voz alta, mientras que su abuelo, para entretenerla mientras veía futbol, le prestaba los tomos de Las mil y una noches.

Su formación de arquitecta le ayudó a entender su carrera posterior de editora: “Yo construyo libros, desde sus bases hasta entregar la llave para que alguien lo abra”.

“Entendí que los libros cambian vidas y ayudan a enfrentar temas muy importantes. Y los libros tienen que ver con uno. Hay un libro para cada persona y hay que encontrarlos; tanto los libros como las personas”.

Manuel Rud, cofundador de Limonero, editorial independiente especializada en libro ilustrado, comenzó su carrera inusualmente, ya que él se formó en las letras.

Limonero, fundada en 2014 junto con Lulu Kirschenbaum, nació como editorial de traducción, y en su faceta de maduración buscó historias en la que los niños exploraran en su imaginación, con autores argentinos, españoles y latinoamericanos.

“Lo hicimos con la premisa de que los libros son un instrumento de goce, donde el lector niño y no niño pudiera acceder al placer. Que se vuelvan objetos a los que vuelvan a disfrutar”, comentó.

 

Conectando los puntos: imagen, texto, cultura y contexto en el diseño

Víctor Manuel Martínez Beltrán creció entre el diseño, pero en la parte más técnica: su familia tenía una imprenta, así que estuvo entre linotipos, revisando galeras y encontrando erratas por diversión.

Cuando decidió estudiar Diseño de la comunicación gráfica en la Universidad Autónoma Metropolitana creyó que entendería todo, pero no fue así. Lo primero que comprendió fue que el diseño tiene las ramas enclavadas en tres espacios: arte, técnica y ciencia.

El diseño, dijo, es navegar entre formatos, técnicas y bellas artes, todo indefinido y mezclado dependiendo de cada orientación.

“Esto hace que cuando nos piden que nos definamos, se vuelva difícil. Y el diseño es una actividad que no depende de musas o creatividad, pero sí de respuestas complejas para dar respuesta a una problemática”, declaró.

“El trabajo del diseñador tiene bases de comunicación profundas: tiene un emisor y receptor, y la comunicación. Tiene que revisar sus necesidades y hacerse preguntas, no es hacer solo cosas bonitas. Cuando mis alumnos hacen algo y me preguntan si me gusta, el 90% de las veces les digo que no. Porque no se trata si me gusta, sino de si sirve para el público al que va dirigido. El diseño no tiene que ser bonito, tiene que ser potente y comunicar”, agregó.

Durante la charla presentó sus primeros trabajos y procesos creativos, así como la edición ilustrada de El Quijote de la Mancha, donde creó la fuente “La Mancha” que fue seleccionada en la Bienal Latinoamericana de Tipografía Tipos Latinos 2008.

“No necesitas quien te dé la palmadita y te contrate. Tienes Instagram, tienes Behance, tienes todo para sacar tu idea de diseño y buscar tu público”, finalizó.

* Con información de Adriana López Acosta.


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Mtra. Alma Cázares Ruiz
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