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Aspectos fiscales en la Constitución de la Ciudad de México



Carlos de Jesús Becerril HernándezFacultad de Derecho, Universidad Anáhuac México Sur La convocatoria a formar un Congreso Constituyente para la Ciudad de México representa una oportunidad inigualable para que sus integrantes tengan en cuenta la experiencia fiscal nacional, que describiremos brevemente en esta pequeña reflexión, permitiendo el diseño y puesta en práctica de un sistema tributario proporcional, equitativo, progresivo y transparente que rija la vida de la nueva entidad política que conforma a la nación mexicana.La obligación de contribuir a los gastos públicos ha sido una preocupación constante en la organización del sistema jurídico tributario de cada Estado-nación. Cada uno de ellos, en un tiempo y espacio determinados, impone las políticas tributarias a seguir para la obtención de recursos a través de las contribuciones. A partir del surgimiento de las constituciones escritas, la materia tributaria también se constitucionalizó con el fin de infundirle mayor estabilidad y fijeza, pues la inserción de ciertos principios o garantías de justicia tributaria dentro del texto constitucional, entre ellos la proporcionalidad y equidad de las contribuciones, evitaría que las normas de rango no constitucional alterasen dichos principios a los cuales se les atribuye un carácter configurador del sistema tributario. Por lo que, su modificación sólo podría llevarse a cabo por el mismo órgano de creación del derecho que las estableció, es decir, el poder constituyente originario o permanente. El mismo destino tienen las leyes fiscales generales, pues han de aprobarse por un órgano de creación del derecho específico, con facultades bien definidas y en momentos determinados.Con base en lo anterior, nuestro país se ha enfrentado a una serie de reformas que tienen como fin último hacer más eficiente y aumentar la recaudación. Pese a lo anterior, esto último no es una preocupación reciente, sino que pueden encontrarse diversos intentos de reforma fiscal a lo largo del tiempo. De hecho, la historia tributaria de México puede definirse como una “crónica de los deseos no cumplidos”. Es decir, en términos generales, el sistema tributario mexicano ha sido producto de acomodos sucesivos entre visiones políticas e intereses encontrados que, más que responder a verdades económicas incontrovertibles, son en realidad, parte medular de los procesos políticos y de conformación de los pactos sociales acaecidos en la historia fiscal mexicana.Los cambios o reformas al sistema tributario mexicano han ocurrido, en su mayoría, con base en criterios políticos y no económicos, ni mucho menos jurídicos. Esto se ha visto reflejado no sólo en la baja presión fiscal a la que están sometidos los mexicanos, sino que el propio sistema propicia la evasión y elusión fiscal. Por ejemplo, tan sólo la evasión fiscal en México se ha calculado en 3% del PIB. Lo anterior es escandaloso, si consideramos que a ella se suman estrategias fiscales un tanto viciosas, como es el propio amparo en materia fiscal que diversos autores han caracterizados como una verdadera “industria” que desgasta al sistema tributario mexicano y que se ha convertido en una forma de protección de los privilegios de los grandes agentes económicos.Hace falta también una reforma a los procesos administrativos y de rendición de cuentas. Pues en la medida de que los ingresos aumenten, pero no se tenga un control de ellos en cuanto hace al gasto público, estaremos en un círculo vicioso, pues de nada sirve recaudar sin saber a ciencia cierta cuál será el destino de lo recibido. Por otro lado, es posible que, siguiendo a los tratadistas fiscales más importes en la historia económica mundial, no haga falta reformar al sistema tributario, sino realmente aplicar lo que ya se tiene, aumentar la base gravable, acabar con los privilegios y excepciones fiscales, así como reformar la administración, aplicación y vigilancia de lo recaudado. El día en que todos paguen lo que tengan que pagar, entonces estaremos en ocasión de pensar en una reforma hacendaria integral. En resumidas cuentas, estos son los retos a los que se enfrentan los creadores de la parte fiscal de la Constitución de la Ciudad de México y que han de tomar en cuenta para poder atender a los gastos públicos de dicho ente que, sin ir más lejos, representan ya un reto visible, al menos, y el más urgente de todos ellos por la inmediatez del asunto, es el tema del transporte público ineficiente frente a los cada vez más altos índices de contaminación. De ahí la importancia en el diseño de un sistema fiscal local capaz de cubrir el presupuesto de egresos para atender a las necesidades de todos los mexiqueños. Carlos de Jesús Becerril HernándezFacultad de Derecho, Universidad Anáhuac del Surcarlos.becerrilh@anahuac.mx  


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