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Isaac Silva comparte su vocación por el derecho y compromiso social



Isaac Silva comparte su vocación por el derecho y compromiso social

Nuestro egresado de posgrado habló de su visión ética y humanista sobre el ejercicio legal y la transformación del sistema jurídico.

Para Isaac Silva, egresado de la Maestría y Doctorado en Derecho por la Universidad Anáhuac México, la abogacía no es solo una profesión, sino una vocación guiada por la ética, la justicia y la responsabilidad social. Desde joven sintió el llamado de defender causas justas, consciente de que, en algunos casos, también sería necesario acusar para lograr verdadera equidad.

Su decisión de estudiar en la Anáhuac estuvo motivada por el enfoque humanista y práctico de su modelo educativo. 

“Más allá del prestigio académico, lo que más me marcó fue el sentido de comunidad. Nunca fui una matrícula más”, recordó. 

Para él, el contacto con profesores que eran magistrados, servidores públicos y especialistas en Derecho le permitió tener una formación profunda, conectada con la realidad jurídica del país.

Uno de los mayores aprendizajes de nuestro egresado en su formación fue la visión social del Derecho, inspirada en la doctrina social de la Iglesia, gracias a la cual aprendió que el abogado debe poner siempre al ser humano en el centro, evitando caer en el ejercicio legal meramente técnico o económico.

“La universidad me enseñó a ejercer con conciencia social. Recordaba con frecuencia la frase del padre Espinosa: ‘Hagamos todo el bien que podamos, a cuantas personas podamos, en todas las formas en que podamos’”, destacó.

A lo largo de su trayectoria, Isaac ha entendido que el abogado también es un transmisor de valores. Las decisiones que toma reflejan no solo sus principios personales, sino también la formación que recibió. Por eso ha mantenido una brújula ética firme, guiada por el compromiso con el bien común.

A las nuevas generaciones de juristas les aconseja paciencia. 

“El Derecho es exigente. Habrá crisis, pérdidas, dudas, pero la perseverancia es una virtud clave para resistir y crecer en esta profesión”, aseveró.

Respecto a los desafíos actuales, señaló que los jóvenes abogados deben enfrentar una transformación profunda del Derecho influida por fenómenos como la inteligencia artificial, la violencia digital y los derechos humanos en entornos virtuales. Para él, liderar en este nuevo contexto exige criterio, innovación y una sensibilidad social mucho más aguda.

En cuanto a liderazgo, lo definió no como quien manda, sino como quien impulsa. Al respecto, compartió que admira a quienes han guiado su camino con claridad moral, especialmente al padre Espinosa, cuya visión sobre el Derecho lo ayudó a definir su postura profesional: 

“A Dios no se le puede apelar, ni ofrecer una fianza”, decía el sacerdote, invitando a evitar causas injustas, aunque la ley lo permita.

También reconoció la influencia de académicos internacionales que han desafiado visiones tradicionales en la materia, particularmente en temas como el feminicidio la violencia de género. De igual modo, reconoció que algunas ideas pueden generar debate, por lo que dijo que es esencial fomentar el pensamiento crítico en las aulas. 

“Si el Derecho no se cuestiona, se estanca”, sostuvo en entrevista.

En este espacio aprovechó para hablar de los retos más complejos que ha enfrentado, entre ellos, saber decir que no, ya que en sus inicios aceptaba casos sin cuestionar, hasta que comprendió que no todo cliente merece ser representado si su causa va contra los principios del abogado. Para él, este discernimiento ético es parte esencial de una práctica legal responsable.

Finalmente, aseguró que su incursión en el mundo académico ha sido su experiencia más transformadora. Participar en congresos, investigaciones y debates le ha permitido sensibilizarse ante las necesidades sociales y contribuir a la evolución del sistema jurídico mexicano.


Más información:
Mtra. Giselle Escalante Castillo
giselle.escalante@anahuac.mx
Dirección de Egresados