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Sociedad Justa



Jaime Pérez Guajardo Instituto Regina Apostolorum UAMS La responsabilidad social del académico se concreta en la formación de una sociedad justa, desde la comunidad universitaria en la que convive con los alumnos, sus colegas, el resto del personal y las personas que viven en torno a la Universidad.La creación de esta sociedad es resultado de la convivencia cotidiana que genera una cultura específica, reflejo de las cualidades de quienes la integran. También lastimada por las debilidades de los sujetos que por su deformación matizan la comunidad, llegando a constituir sociedades deficientes como lo señalo el Papa Francisco en su visita al centro de readaptación social (CERESO 3) de Ciudad Juárez el miércoles 17 de febrero de 2016.Antes de darles la bendición me gustaría que oráramos en silencio, todos juntos; cada uno sabe lo que le va a decir al Señor, cada uno sabe de qué pedir perdón. Pero también les pido a ustedes que en esta oración de silencio agrandemos el corazón para poder perdonar a la sociedad que no supo ayudarnos y que tantas veces nos empujó a los errores. Que cada uno pida a Dios, desde la intimidad del corazón, que nos ayude a creer en su misericordia. Oramos en silencio. Su fin es la rehabilitación de los delincuentes a la luz del Evangelio y lograr una reinserción exitosa en la sociedad.Cuando pide agrandar el corazón señala la dificultad que supone el perdonar, requiere un ejercicio para reconstruir un corazón endurecido por el cruel “realismo” de una vida enfrentada con otros corazones empedernidos. La fuerza de choque de unos con otros parece confirmar y justificar la dura actitud de rechazo, despecho y tal vez incluso de venganza.Se llega ahí por la deconstrucción del ser humano, perdiendo la virtud, fortaleciendo al vicio, generando un ambiente que ya no sabe ayudar y frecuentemente impulsa al error. El contexto depauperado lastima la condición humana e impulsa al obrar dañino, en contra de la sociedad y del mismo actor del mal.Educación permanente es el obrar común en beneficio de cada uno. El don generoso de unos para con otros al modo de una bendición Papal, pero antes hay que perdonar.Tres son los actos en esta operación, el preventivo, característico del docente, quien como señalará Don Bosco, es una gran tarea. Trabajar con previsión de tal modo que puedan aprovecharse todas las cualidades de quienes integran una comunidad, y evitar las manifestaciones negativas de sus integrantes, pues todos, de un modo o de otro, sufrimos de carencias, lastre demandante de acciones complementarias para evitar manifestaciones dañinas para todos.Trabajar en el perdón, resarciendo el daño ocasionado, con acciones concretas al modo de Francisco quien propicia un momento de silencio y marca el sentido profundo de esos breves instantes, que repercutirán en el resto de la vida de con quienes convivía en aquel momento. Silencio que no es vacío sino plenitud de sentido y ejercicio fuerte de conversión, profundamente personalizada, íntimamente determinante.Finalmente la bendición, el bien decir de cada uno. El pensar bien respecto a cada uno de los que han reconstituido algo que estaba dañado. Dejar siempre mejor al interlocutor de cómo como lo encontramos. Todo esto es labor del docente, no solo impartir conocimientos sino integrarlos en personas cada vez más íntegras, siempre en proceso de renovación, que caen y se levantan, pero no para quedar en el lugar donde se encontraban sino más adelante, con mayor experiencia, mejores seres humanos, para sociedades expertas y ricas en cultura. jaime.perez@anahuac.mx 


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