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El Problema de las Cárceles en México



Julieta Becerril RomeroProfesora de Derechos HumanosUniversidad Anáhuac México SurMéxico enfrenta una crisis del sistema penitenciario, cárceles con ocupación máxima excedida hasta por un 25% son la realidad carcelaria del país. Esto además de significar un alto costo al Estado, se traduce en reos soportando condiciones indignas de vivienda, violaciones constantes a su integridad física y psicológica, extorsiones, abusos de poder y acoso sexual, entre otras violaciones a sus derechos humanos. Al respecto de dichas violaciones, la Organización México Evalúa en su informe denominado “La Cárcel en México: ¿Para qué?” hizo un diagnóstico de la situación y el mal uso que se da de la pena privativa de libertad como única medida de sanción, dentro del cual señala los resultados obtenidos a través del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en los que considerando: integridad física y moral del interno, estancia digna, condiciones de gobernabilidad al interior de los penales, reinserción social del interno y las necesidades de los grupos de internos con requerimientos específicos, se obtuvo como resultado en 2011, en una escala de 0 a 10, la evaluación a nivel nacional fue de 6.41, y fue menor a las registradas en los tres años anteriores.” Revisando el Diagnóstico correspondiente al 2014 vemos que la evaluación nacional da un 6.88, con un incremento de .47 en 3 años, se puede concluir que la situación no ha mejorado.Comparto la afirmación que la Organización México Evalúa hace “Las cárceles mexicanas en su condición actual son espacios propicios al contagio criminógeno.” Debido al problema de sobrecupo, se han estado mezclando reos condenados por delitos graves con los reclusos de delitos no graves, prisioneros del fuero común con los del fuero federal, convirtiendo a las cárceles en escuelas del delito y centros de reclutamiento para la delincuencia organizada.El 2016, trae consigo la entrada en vigor de las reformas en materia penal. Todo indica que será un gran año para mitigar estos problemas, ya que uno de sus impactos recae directamente en el Sistema Penitenciario, al prever que únicamente serán sometidos a prisión preventiva aquellos que se encuentren enfrentando un proceso relacionado con un delito grave o de acuerdo a la terminología que ahora le será aplicable, delito de prisión preventiva oficiosa.Este y sólo este, significará un cambio toral para las cárceles de todo México, ya que es un cambio fundamental en la política criminal del Estado. Se prevén penas alternativas a la prisión, dejando finalmente la sanción privativa de la libertad, como el castigo máximo que aplicará únicamente para los casos más graves. Por ende, no sólo se reducirá notablemente la población al interior de los centros de reclusión, sino que, como consecuencia de ello, se solucionarán varios de los problemas mencionados anteriormente. Esto inevitablemente implica la recuperación de la gobernabilidad al interior de las prisiones del país, con una proporción adecuada de custodios por número de reos, gobernabilidad que hoy por hoy, casos de fuga como los del Chapo Guzmán nos hacen dudar que exista en lo absoluto.Todo queda en manos de nuestras autoridades, el poder legislativo ha hecho su tarea, la pelota está en la cancha del poder ejecutivo y del poder judicial. Los cimientos ya están en su sitio, ahora toca esperar y vigilar que las autoridades ejerzan su deber de llevar a cabo un control de convencionalidad en el ámbito de sus propias competencias y que por ende, la ley se aplique y se ejecute conforme a derecho, sólo así podremos ver un cambio real. julieta.becerril.romero@gmail.com 


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